Muy queridos hermanos y hermanas:
Como algunos de vosotros ya estarán enterados el día 13 de octubre de 2024 llegaron a nuestra Casa-Santuario e Ghedi algunos peregrinos de Méjico y trajeron de regalo un manto de paño que reproduce el utilizado por la Santísima Virgen en sus apariciones en Guadalupe. Como es bien notorio, sobre el manto está reproducido el cielo con las constelaciones tal como estaban en el momento de las apariciones.
Al día siguiente, el 14 de octubre La Santísima Virgen María me dio algunas explicaciones sobre el regalo que habíamos recibido, las cuales narro con mis palabras.
El manto es un regalo especial a nuestra Iglesia presente en la Tierra, signo de su amor, predilección y protección sobre nuestro pueblo. Sobre él la Virgen ha impreso las mismas gracias que estaban en el manto original que vestía en las apariciones de Guadalupe. Se trata por lo tanto de una reliquia de gran valor y poder que este pueblo debe conservar con cuidado y honrarla, recordando el día que nos ha sido regalada. Además, María Santísima solicita que nuestra Iglesia recuerde solemnemente las apariciones de Guadalupe, el día 12 de diciembre de cada año. Estas apariciones forman una unidad con las de Fátima y Medjugorje y constituyen las tres apariciones marianas más importantes sobre la Tierra.
La Virgen ha explicado que la línea que conecta Guadalupe con Fátima y Mejugorje forma el gran triángulo mariano sobre la Tierra. El vértice de este triángulo culmina en el Portal de Medjugorje, presente en el interior de la Casa-Santuario del Rostro de María. En este triángulo operan grandes gracias en favor de cuantos acogen y veneran con sinceridad, el Corazón Inmaculado de María, según los planes de Dios para este tiempo. A través de estas gracias el culto mariano debe alcanzar niveles más sublimes y ser purificado de todo interés humano y de toda religiosidad vacía. La persona y la obra de María Santísima deben resplandecer en su justa luz, así como sus prerrogativas de Madre, Reina y Corredentora.
La Virgen concluyó diciendo que la protección del manto que hemos recibido es poderosísima, y que a través de la oferta, el amor y la plegaria de este pueblo en unión con la Iglesia de todo el Universo, esta protección podrá operar en favor de todas las almas confiadas a nuestro pueblo.
Agradezcamos a nuestra Madre, Reina y Corredentora por este su gran regalo que una vez más testimonia su gran amor por nosotros.
Junto al padre Tomislav deseo ofrecerme de modo particular para que la Madre de Dios encuentre siempre en nuestro pueblo un corazón abierto y disponible para acogerla, un corazón grande y colmado de amor, cada vez más parecido a su Corazón Inmaculado.
Os abrazo y os bendigo. El Señor os de su Paz.
Stefania Caterina
