Artículo del periodista Renzo Allegri aparecido en la revista
semanal “CHI” del 3 al 10 de octubre 2008.
Entrevista a STEFANIA CATERINA.
Jesús me ha dicho que escriba este libro. Me lo han dictado grandes espíritus del más allá. Yo solo soy un medio elegido para atraer la atención sobre realidades espirituales importantísimas, dice Stefania Caterina, teniendo entre las manos el volumen de “Más allá de la gran barrera”. “ La humanidad está a las puertas de grandes acontecimientos, de grandes cambios, y mis amigos del más allá emprenden una gran tarea para ayudarnos”, agrega. Estamos sobre el monte Fasce, una colina cercana a Génova, en los predios de un santuario mariano fundado por el padre Bonaventura Raschi, religioso franciscano desaparecido hace más o menos veinte años. Explica Stefania: “fue el primer sacerdote a quien le confié mis experiencias espirituales. Y me entendió. Conservo todavía un mensaje, escrito de su puño y letra, en el que me animaba a estar abierta al deseo de Dios”. Stefania es una mujer de 49 años, con una historia extraordinaria e increíble que cuenta aquí, por primera vez: “por muchos años he vivido dos existencias paralelas”, dice: -una “visible”, la de una persona normal; y otra constelada de experiencias increíbles: visiones, coloquios, encuentros con entidades espirituales, personas del más allá, o pertenecientes a otros mundos. Una realidad que en un principio me ha atemorizado, pero que después he aprendido a conocer bien, a aceptarla, y con la cual ahora convivo serenamente.- Stefania habla con voz tranquila pero sus palabras pesan como rocas. La escruto para tratar de entender si es una mitómana, una embrolladora hábil, o una de aquellas personas especiales, rarísimas dotadas de verdaderos carismas espirituales. Su libro tiene un contenido fascinante, escrito con propiedad de lenguaje, claridad de conceptos y rigor lógico. Una mitómana no podría escribir un libro de esa categoría. La autora enfrenta los temas universales de siempre: Dios, la creación, el universo, Jesús, la Iglesia, el hombre, la muerte, el más allá, el reino del Mal, los extraterrestres, los animales, las plantas. Y desarrolla cada tema reportando testimonios directos de entidades espirituales: “a este propósito la Virgen me ha dicho”. O bien:”Jesús me ha precisado…” O también: “El arcángel San Rafael me ha explicado…” Estefanía abre comillas y va un extenso discurso con las palabras recibidas en el curso de una visión. Así por 300 páginas, y debajo de cada testimonio, la fecha del encuentro. En mi historia no hay nada que tenga que ver con “fenómenos paranormales”. Cuando tengo las visiones o los coloquios, no pierdo el conocimiento, no entro en trance, tengo plena conciencia. Los vivo como si fuesen “físicos”, precisa Stefania. El rostro sereno, sus ojos transparentes, y su actitud humilde sugieren respeto, reflexión. ¿Y si fuese verdaderamente una de esas personas elegidas por el mundo sobrenatural para transmitir mensajes, como han existido en la historia? El cronista tiene plena conciencia de encontrarse frente a una empresa delicada y enigmática, pero no encuentra elementos para juzgar no atendible a la persona que le está hablando. Refiere, por tanto, fielmente la historia como la protagonista la cuenta. “He nacido en Génova en el año 1959, de una familia católica y practicante, de la cual he recibido una sólida educación cristiana. Mi padre era un secretario Municipal, mi madre maestra de escuela primaria. He vivido en varias ciudades; mucho tiempo en Rapallo”,comienza diciendo Stefania Caterina.
P- ¿Qué estudios ha cursado?
R- “He cursado el Liceo Clásico y me gradué en Derecho. Quería ser abogado, pero en dos años de práctica me convencí que aquella profesión no era apta para mí. Después he ganado un concurso en la Regíón Lígure y entré como funcionaria administrativa en el área Salud. Era un trabajo que me agradaba mucho”.
P- ¿Cuándo comenzaron sus extrañas experiencias?
R- Alrededor de los cinco años. Tenía una visión recurrente: Jesús en la cruz me invitaba a acercarme a él; cuando estaba cerca separaba una mano de la cruz y me abrazaba con él. Recuerdo que yo veía la sangre sobre mis vestidos, pero no me quedaba impresionada. La visión continúo durante algunos años. Yo no entendía, pero la consideraba una cosa mía y nunca tuve la necesidad de contar la experiencia a mi mamá. En aquel período también sentía una voz interior. Pensaba que todos los niños la tuvieran. La llamaba la “voz de la conciencia”. No era una experiencia confusa, nebulosa: sentía verdaderamente una voz como si fuese la de mi mamá, que me daba respuesta a mis pequeños interrogantes.
P-¿Cuándo entendió que no era un hecho normal?
R- A los 25 años. En el Liceo y en la Universidad yo era una muchacha vivaz, muy activa. También bonita: en ocasión de una competencia ciclística, la Milán-Rapallo, fui elegida como “Miss Tappa”. Milité en Comunión y Liberación, conocí compañeros extraordinarios. Pero mi fe era diferente a la de ellos: si yo pensaba en Jesús o en la Virgen, los pensaba “concretamente”, los veía, tenía con ellos una convivencia diaria. Estaba seguro que todo provenía de Jesús, pero cuando supe que los demás no tenían experiencias de ese tipo entré en crisis: interrogantes, dudas, preguntas, angustias, temor. Y, a veces, me preguntaba si mis conversaciones eran verdaderas o yo era una pobre loquita. Encima pensaba que pudiera tratarse de ilusiones del demonio. Duda que me atormentó mucho tiempo”.
P- ¿Cómo logró vencerlo?
R- “Confiándome, finalmente, con otras personas. El primero fue un amigo de la familia, un hombre de más edad que yo, muy religioso. El no me hizo muchas preguntas pero dijo que podía tratarse de un asunto serio, una experiencia “carismática”. Me sugirió que rezara, pidiéndole al Señor que me iluminara sobre el significado de esas experiencias. Rezaba y le pedía a Jesús una señal. Una tarde, mientras caminábamos con un amigo por la costa del mar, en Rapallo, vimos en el horizonte una gran luz. Parecía un incendio muy grande. Mi amigo me dice;”quizá se incendió un petrolero”. Las demás personas no se detenían, como si no viesen nada. Después sentí la voz de Jesús dentro de mí: “¿haz pedido una señal? Muy bien, Yo soy la Luz y quiero que a través de ti, un poco de mi luz sea dada a los demás”. Aquel signo me tranquilizó un poco. Quedaba, sin embargo el miedo de ser víctima del demonio. Finalmente hablé con un sacerdote, el padre Bonaventura Raschi, que en Génova, gozaba de fama de ser un santo”.
P- ¿Cómo lo conoció?
R- “ Fue un amigo de la familia que me llevó a él, el 13 de abril de 1984. El padre Raschi estaba en cama con gripe, no pude verlo. Mi amigo, en cambio, fue y le habló de mí. “Ya lo sé todo”, le dijo. Y me escribió un mensaje que comenzaba con estas palabras: “Conozco su camino preparado por la Providencia, que es siempre amor. No tema al enemigo que tiene por característica el ser siempre condenado” Aquella esquela la conservo todavía. Fue para mí un bálsamo. El padre Raschi resultó una guía segura y mis experiencias misteriosas se intensificaron. Jesús comenzó a dictarme mensajes. El padre Raschi los examinó y dijo que todo estaba en sintonía con “las verdades reveladas”. No podía venir de Satanás. El padre Raschi fue un verdadero padre para mí. Sin embargo me vino a faltar en 1987. Sufrí mucho. Jesús me consolaba: “te mandaré otra guía adecuada”. Esperé tres años. Me dijo, después, que ese fue “el tiempo de la fidelidad”, porque lo obedecí, sufriendo porque no podía confiarme con nadie. Un día, mientras estaba en la iglesia para confesarme, vi un sacerdote muy anciano, que se paseaba rezando el Rosario. “Ve con él”, dijo la voz.
P-¿Quién era”
R- Era Don Valdemaro Boggiano Pico, capellán del hospital de Rapallo. Fue mi segundo director espiritual. Un sacerdote simplísimo, lleno de sabiduría, de bondad. Me observó durante meses. Quizo leer todos los apuntes sobre mis experiencias, y, al fin dijo: “continúa, pienso que todo esto viene de Dios”. Luego entré en una asociación religiosa conectada a Medjugorje, una asociación de vida contemplativa, y allí permanecí por varios años profundizando mis experiencias interiores. Después Jesús me pidió que escribiera en un libro lo que me había sido revelado y que me dedicara a divulgarlo. Lo escribí en siete meses. Algunos amigos míos fundaron una casa editora y lo imprimieron. Ahora estoy tratando de hacerlo conocer. He aquí la razón por la que estoy aquí”. “Desde niña vivo en los confines de la realidad, del mundo perceptible con los sentidos. Si bien considero real también el mundo espiritual, el mundo del más allá. Ahora, Jesús me ha pedido que de a conocer cuanto he visto y sentido, relatando en un libro partes de mis experiencias”.
P- ¿Su libro podría ser definido “un comentario” a las Sagradas Escrituras y al Evangelio?
R-“No, mi libro no es un comentario. Es una “crónica” de lo que he visto y oído”.
P-¿Cuáles serían “las informaciones y explicaciones” que usted llama “originales y singulares”?
R- “Aquellas que se relacionan con la vida de las personas, ciertos aspectos del mundo del más allá. Los contactos con las almas de los que han pasado al más allá, los ángeles, los demonios, en suma, el mundo visible e invisible en el que estamos sumergidos”.
P- ¿Puede dar un ejemplo?
R- “Tomemos un tema, en un cierto sentido curioso, el de los extraterrestres. Con sorpresa mía, las entidades espirituales me han querido hablar extensamente”.
P ¿Ha tenido contacto con extraterrestres?.
R-“No, no me fue permitido, hasta ahora, tener contactos físicos con personas de otros planetas. He vivido, sin embargo, numerosas experiencias y he recibido muchas explicaciones. Me fue mostrado que en el universo existen otras humanidades, a más de aquella de la Tierra, que viven sobre diversos planetas. Todos los hombres, cualquiera sea el planeta a que pertenecen, fueron creados por Dios a su propia imagen y semejanza. Dios los había destinado a poblar un universo armonioso, regido por las infalibles leyes universales de la vida. Todos los progenitores de las varias humanidades fueron puestos a prueba. Pero no todos se rebelaron. De esta forma, el universo presenta humanidades bastante distintas entre ellas. Las humanidades que permanecieron fieles han conservado muchas de las prerrogativas originales: poseen facultades físicas, espirituales e intelectivas grandemente superiores a aquellas de otras humanidades. También sus planetas poseen condiciones ambientales favorables al hombre; hombre y naturaleza conviven armoniosamente al servicio uno del otro. No existen enfermedades ni mucho menos catástrofes. El nivel de civilización de estos pueblos es notablemente superior al de todos los demás. Su nivel científico y tecnológico es muy avanzado. Los hombres rebeldes, en cambio, han perdido sus prerrogativas originarias, y han resultado incapaces de una relación inmediata con Dios. Rebelándose, han retrocedido espiritual y físicamente a un nivel muy poco superior al del animal, permaneciendo confinados en sus planetas. Ellos han comenzado un camino de dolorosa purificación, entrando en conflicto consigo mismos, con sus semejantes, con la creación. Han destruido la armonía entre el varón y la mujer con consecuencias devastadoras. Sus planetas presentan condiciones prohibitivas, que tornan muy dura la vida. El pecado original ha arrastrado consigo muchas consecuencias”.
P ¿Cómo entonces, Jesús, el Hijo de Dios, para cumplir la “reconciliación” de la humanidad con su Creador ha elegido encarnarse sobre la Tierra?
R- “Jesús se ha encarnado sobre la Tierra porque este era el planeta más necesitado de auxilio de todos los demás. Los progenitores terrestres, en efecto, no sólo se rebelaron contra Dios, sino que han pactado alianza con Satanás para dominar el universo”.
P- ¿La “reconciliación” realizada por Jesús sobre esta Tierra, vale también para los pueblos de los otros planetas?
R- “Jesús murió y resucitó por todos los hombres del universo, sin excluir a ninguno. Las humanidades rebeldes, en cambio han quedado en el oscuro sobre cuanto sucedió sobre la Tierra. A ellas todavía no les ha llegado el anuncio de la salvación. Me ha sido dicho que Dios pondrá a la Iglesia en condiciones de llevarles tal mensaje, superando los obstáculos aún de orden físico. Como ve, son muchas las cosas que me han confiado las entidades con relación a los habitantes de otros planetas. Pero todo el libro es así, colmado de observaciones e indicaciones nuevas, frescas, sobre los varios temas tratados”.
P-¿Por qué las entidades con las cuales usted sostiene estar en contacto le habrían hecho estas revelaciones?
R- “Sé que en el mundo del espíritu hay un gran agitación, como si la venida gloriosa de Cristo, de la cual nadie conoce el momento, estuviese cerca. Dios está trabajando poderosamente en este nuestro tiempo”.
Publicado en Entreviste Renzo Allegri, sul settimanale “Chi” del 30 ottobre 2008