Padre Tomislav Vlašić

Después de una vida ofrecida a Jesús a través de María Santísima para la salvación de la Humanidad y para la realización de los planes de María Santísima, y después de un año y medio en el que llevó con fe, amor, docilidad y gran sufrimiento, los estigmas de Cristo, el Padre Tomislav Vlašić, el día 20 de octubre de 2025, entró en la vida verdadera.

Como hijos suyos que han vivido y trabajado con él, nos comprometemos a continuar la obra de Dios que él inició, recordando su ejemplo de vida y su altísima enseñanza.

Hacemos este anuncio después de la celebración del funeral, según la voluntad de Padre Tomislav.

El 19 de octubre, mientras rezábamos por Padre Tomislav en su agonía, Jesús nos habló. A continuación, transmitimos Sus palabras.

Queridos hijos míos,

Estoy aquí con vosotros, como estoy con este siervo mío, bueno y fiel. Habéis dicho muchas cosas justas, habéis leído mis palabras, pero ahora esas palabras ya han quedado obsoletas, porque realmente ha llegado el momento de salir a la luz. Ahora está ocurriendo con vosotros lo mismo que les ocurrió a los apóstoles, a los discípulos, reunidos en el Cenáculo, reunidos en Jerusalén, todavía débiles, frágiles, asustados. Pero después de la venida del Espíritu Santo, los saqué de Jerusalén, los saqué fuera de ese recinto en el que se habían visto obligados a vivir. Vosotros también os habéis visto obligados a vivir en una especie de catacumbas, pero ahora es el momento en que la luz debe expandirse. Os bendigo y os doy las gracias por todo el camino. Os bendigo también por todo el amor que habéis dedicado a Tomislav en este momento para él tan difícil, pero también tan grande, porque este es un paso grandioso para su alma y para su espíritu. Ahora él estará conmigo, a mi lado, estará entre los príncipes de mi pueblo, y desde lo alto, él os bendecirá, os llevará adelante. Stefania os ayudará. Lo he dispuesto todo para que esto vaya adelante según mis planes, no según los planes de los hombres. No os preocupéis por nada, no os faltará nada. Estaré siempre con vosotros. Vuestros corazones están en mi Corazón y en el Corazón de María. Tened coraje, seguid adelante, no dudéis nunca de la Providencia, que no os faltará.

Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.