Retorno Glorioso de Jesucristo Rey del Universo

A través de este sitio web, a lo largo de los años hemos anunciado el programa de la recapitulación en Cristo de todo el Universo: es un camino, al que todo el pueblo cristiano está llamado, de conversión y de conocimiento del pensamiento y del amor del Padre, vivido también en cada Misa en la que rezamos por el retorno glorioso de Cristo. Este camino también está marcado por acontecimientos que preparan y conducen al momento definitivo en que Todo será entregado por Jesucristo al Padre. En 2012, Dios pidió a la humanidad de la Tierra que decidiera si quería aceptar a Jesucristo y someterse a Él, anunciar la existencia de los hermanos fieles y de la Iglesia de Jesucristo en todo el Universo. A partir de ese año, los acontecimientos en la Tierra y en todo el Universo, deseados y guiados por el amor de Dios Padre, se intensificaron. En su realización participó todo el cuerpo místico perteneciente a la Iglesia de Jesucristo presente en todo el Universo: María Santísima, San José, los Arcángeles, los Ángeles, los hermanos fieles, los santos de todos los tiempos, el núcleo central y los instrumentos de este tiempo, y todo el pueblo del Universo que vive este camino. Todos estos instrumentos actuaron en comunión de espíritu y de propósito, deseosos de colaborar con Dios en la realización de Sus planes. También nosotros, el «pequeño resto» de la Tierra perteneciente a la Iglesia de Jesucristo del Universo, hemos participado en ello con la oración, con el ofrecimiento de nuestras vidas a Jesucristo a través del Corazón Inmaculado de María, y con acciones que han concretado la voluntad del Padre. Todo lo publicado en este sitio web (https://alanuevacreazion.org) y los libros escritos por Stefania Caterina y Tomislav Vlašić explican detalladamente el camino que hemos vivido en estos años y los acontecimientos que han tenido lugar; os remitimos a estos escritos si deseáis conocerlos en profundidad. A continuación, nos gustaría centrarnos en las etapas más importantes, que están interconectadas en el sentido de que la realización de una fase permitió el inicio de la siguiente.

En el año 2013, los hermanos fieles iniciaron la evangelización del Universo Medio y en 2016 la del Universo Bajo. En efecto, todo el Universo debe conocer de la existencia del Padre Creador, del Hijo Redentor, del Espíritu de Amor y de María Santísima. En 2018 se proclamó oficialmente la existencia en la Tierra de la Iglesia de Jesucristo del Universo, a la que se encomendó la evangelización de nuestro planeta. La evangelización es una acción muy importante, que conduce a la conversión y a la curación de las personas y de pueblos enteros.

Esta Iglesia, a petición de Dios Padre, le consagró a Él toda la Tierra, consagró Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María Santísima y proclamó que María es Madre Corredentora. Esta última proclamación fue muy importante y precedió a otro acontecimiento fundamental que tuvo lugar en el año 2021: la venida intermedia de Jesucristo a la Tierra, que actúa aquí en el poder del Espíritu Santo.

Ahora, como Iglesia de Jesucristo del Universo, queremos anunciar que ha empezado otra fase: la FASE FINAL DEL PLAN DE RECAPITULACIÓN EN CRISTO DE TODO EL UNIVERSO Y DE SU RETORNO GLORIOSO. Todos los acontecimientos, de los que hemos hablado anteriormente, fueron necesarios para llegar a esta última y fundamental etapa, la de los últimos tiempos, que nos llevará a experimentar para siempre la plenitud de los hijos de Dios, unidos con todos los vivientes en Cristo. Nadie sabe cuánto durará este período ni cómo será: sólo Dios lo sabe y lo guía. Es un gran acontecimiento que os comunicamos con alegría, ante el cual no nos asustamos, ni nos angustiamos, ni nos exaltamos, ni especulamos. Seguimos serena y sencillamente conduciendo nuestras vidas, proclamando con fuerza, fe y esperanza lo que hemos experimentado en cada situación, sea de alegría o de prueba: toda la Historia, personal y universal, es guiada con sabiduría, amor, misericordia y justicia por Dios Padre, que actúa siempre en la plenitud de los tiempos, que nunca abandona a sus hijos y que realiza toda acción para promover el Sumo Bien de la humanidad. Lo que la Tierra está viviendo en estos momentos está ante los ojos de todos: guerras, odio, violencia a todos los niveles, confusión moral, catástrofes naturales y apostasía del cristianismo. Además, no hay ninguna autoridad humana a la vista que pueda infundir esperanza y dar líneas claras basadas en las leyes del Espíritu. Pero ante todo esto, ¿la actitud evangélica es de abatimiento? No, ¡ni mucho menos! Hemos conocido la guía de Dios, su sabiduría, su amor, su perdón, su paz. «Permanezco tranquilo y sereno, como un niño recién amamantado en brazos de su madre, como un niño recién amamantado está mi alma. Israel, espera en el Señor ahora y siempre». (Salmo 131). Estas palabras del Salmo sugieren la actitud de fe en cada situación de la vida: un camino de confianza cada vez más plena en Dios, una inmersión cada vez más profunda en su amor y la certeza de que la Vida de Dios siempre triunfa.

Con esta conciencia en el corazón, ¿cuál es la tarea en esta etapa para los hijos de Dios que desean cooperar con Él en sus planes? En primer lugar, estar cada vez más unidos al corazón de Cristo, en un diálogo continuo de amor con Él, fieles, sencillos y confiados testigos y discípulos. Esto lleva a la transformación del corazón («Y pondré en vosotros un corazón nuevo y un espíritu nuevo». Ezequiel 36, 26-27), a un conocimiento cada vez más profundo del amor del Padre y de sus pensamientos, y abre la puerta a todos los que aún pueden entrar en la Salvación.

Los hijos de Dios también están llamados a contrarrestar la acción del Mal y la ira cada vez mayor de Lucifer. ¿Cómo? Reconociéndose criaturas necesitadas de su Creador, orando con fe y esperanza incluso en los momentos más oscuros, ofreciéndose a Jesucristo por medio del Corazón Inmaculado de María para que se realicen sus designios, y ofreciendo al Padre, por medio de Jesucristo, las almas pequeñas y pobres, las víctimas de la violencia y del Mal en todas sus formas, toda la Creación y aquellos que necesitan encontrar el amor de Dios. Fundamental es la acción que se realiza en la celebración eucarística en la que, uniéndose al sacrificio de Cristo, se eleva todo esto a Dios Padre.

Como siempre, no estamos solos. Toda la Iglesia de Jesucristo del Universo colabora con Dios y también nos apoya a todos. Somos un cuerpo grande, fuerte e inmenso al que Lucifer no puede oponerse. Precisamente por eso dejamos todo miedo, toda preocupación y todo lo que pueda asustarnos.

Es un momento de gran Gracia. Jesucristo no dejará de recuperar a toda alma que se deje ayudar por su amor y muestre buena voluntad aceptando su perdón y misericordia. Estamos agradecidos a Dios Padre que, una vez más, cumple sus promesas, nos muestra a todos su confianza al no actuar como un dictador o un «deus ex machina», sino que pide la colaboración de sus criaturas para llevar a cabo sus planes, dejándonos libres para elegir si adherirnos a ellos o rechazarlos. Como Su Iglesia, estamos agradecidos de poder asistir y colaborar en estos acontecimientos. Agradecemos sinceramente a todos los que quieran participar y les aseguramos nuestro ofrecimiento, oración y apoyo, pero especialmente el de todos los instrumentos extraordinarios.

Para cualquier aclaración, no dudéis en poneros en contacto con nosotros por correo electrónico o llamando a los teléfonos que aparecen en este sitio web.

Que el amor y la bendición del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de María Santísima y de San José desciendan sobre todos vosotros.