EL GRAN TESTIMONIO DE JESÚS

Cartas al pueblo de Dios

8 de Enero de 2023- Bautismo del Señor

EL GRAN TESTIMONIO DE JESÚS

Queridos hermanos y hermanas:

Hemos ingresado al tercer año de la PRESENCIA INTERMEDIA DE JESÚS sobre la Tierra. Su particular presencia en espíritu nos había sido anunciada por la Virgen, ya en el mensaje del 7 de diciembre 2020, al cual os remitimos.[1]

Nuestro augurio para vosotros y para nosotros, en este año 2023 es que podamos entrar en la comunión plena y auténtica con Jesús, con su vida y con su obra en favor de la Tierra y de todo el Universo. Todos lo que han seguido estos programas y caminado con nosotros, han podido ampliar su mirada sobre el Universo y sobre la dinamicidad de su historia. Durante todos estos años hemos buscado siempre indicaros el camino simple y luminoso que conduce al futuro glorioso de la humanidad, y que pasa necesariamente a través de LA RECAPITULACIÓN EN CRISTO DEL UNIVERSO INTEGRO[2]. De este modo, en el silencio y la oración habéis llegado a formaros un pensamiento propio y hacer vuestras elecciones.

El tiempo transcurrido ha visto acumularse una serie de eventos sobre la Tierra y es hora de darle respuesta a Dios. Es preciso dar testimonio de la obra que el Padre está cumpliendo, a través de su Hijo Jesucristo, en la potencia del Espíritu Santo, por medio de la Iglesia de Jesucristo del Universo; la que está presente en la Tierra y aquella que desciende del Cielo.

En los últimos años, los miembros del Núcleo Central[3] han permanecido en silencio para estar cara a cara con Dios y compartir entre ellos la vida de Dios y la acción en favor del pueblo de todo el Universo. Sin embargo también para nosotros llegó el momento de testimoniar lo que vemos y experimentamos en nuestra misión, para ayudar al pueblo de Diosa vivir unido a Cristo y testimoniarlo.

Aclaramos inmediatamente que no os transmitiremos nuevos mensajes y revelaciones. El Señor ya ha hablado ampliamente a este  pueblo, directamente a través de sus instrumentos, y cuanto era necesario conocer para este tiempo nos ha sido revelado. Todo esto constituye el sólido fundamento sobre el cual se apoyará nuestro testimonio, que esperamos os aporte un poco de luz en estos tiempos oscuros. Intervendremos de tanto en tanto en este sitio y estamos seguros de vuestra participación en la gracia de este tiempo que queremos compartir con todos vosotros.

De qué testimonio hablamos? Todos decimos que testimoniamos a Jesucristo, y es verdad. Sin embargo, Jesús afirma: “Yo no recibo testimonio de ningún hombre”.[4]

A la luz de estas palabras comprendemos que en realidad el verdadero testimonio es el mismo Jesucristo, el testigo fiel y verdadero del que habla el Apocalipsis[5]. Jesús atestigua incesantemente al Padre, en la potencia del Espíritu Santo. Nos cuenta todo aquello que ve junto al Padre. Así le habla a Nicodemo: “en verdad te digo: nosotros hablamos de aquello que sabemos y testimoniamos aquello que hemos visto; pero vosotros no recibís nuestro testimonio”.[6] Nosotros recibimos su testimonio y se lo comunicamos a nuestros hermanos; pero si no acogemos, ¿qué cosa testimoniamos? Es preciso estar profundamente unidos a Jesús para acoger y comunicar a los demás aquello que Él testifica a nuestro espíritu. Esto nos hace testimonios auténticos de Cristo.

Los instrumentos extraordinarios- los Ángeles, el Núcleo Central, los hermanos del Universo fieles a Dios- de quienes tanto hemos hablado, están en este tiempo especialmente unidos a Jesús, lo siguen y lo acompañan en su acción silenciosa y poderosa. Él está aquí sobre la Tierra, presente particularmente en espíritu, pero su acción repercute en todo el Universo. Con su VENIDA INTERMEDIA Jesús nos trae, una vez más, el testimonio de lo que el Padre está cumpliendo. Solicita a los instrumentos extraordinarios que reciban su testimonio y que lo refieran a su pueblo, para que sean a su vez, testigos fieles.

Como miembros del Núcleo Central que viven sobre la Tierra, respondemos a la invitación del Señor, y nos ponemos a su disposición para comunicaros los grandes testimonios de Jesús para este tiempo y para esta humanidad.

El Señor espera nuestro renacimiento de lo Alto.[7] En vano hemos celebrado el Nacimiento del Señor si no ha renacido en nosotros la vida divina, si no nos hemos resueltos a cambiar para mejor nuestra existencia, para conformarnos a Él. Jesús está aquí, glorioso en medio nuestro, con su Santísima Madre, para llevarnos a su gloria. Unida a Él está también su Iglesia de todo el Universo-Ángeles, santos, humanidades fieles a Dios, almas del Purgatorio- que desciende del Cielo para venir en ayuda de la Tierra. El Señor espera que su pueblo florezca y y produzca abundantes frutos de vida eterna. Solo Jesús ofrécelas soluciones justas a los problemas existenciales que asolan a nuestra humanidad. Cuantos lo acojan en sus vidas sentirán su voz y tendrán las respuestas a sus problemas. Él es la fuente de la vida.

La Iglesia que desciende del Cielo será el testimonio de la Vida y la acción de Dios Trino Uno. Lo haremos nosotros junto a los otros miembros del Núcleo Central. Lo hará también el pueblo de Dios que ha decidido pertenecer a la “Iglesia de Jesucristo del Universo” que se ha puesto al servicio de cuantos desean recorrer este camino para ayudarlos. Todos juntos seremos el Cuerpo místico de Cristo y daremos nuestro testimonio a todo el Universo.

Dios es misterio. En Él está LA PLENITUD DE LA VIDA que se difunde sobre todas las criaturas. Sin Él nadie tiene esta plenitud. Después del pecado original, el Padre ha mandado sobre la Tierra a su Hijo Jesucristo, que se ha encarnado entre nosotros en su primera venida. Ha venido a transmitirnos su vida y a indicarnos el camino a la plenitud. Ha fundado su Iglesia y después a  lo largo de los siglos nos ha enviado innumerables testigos santos. Desde la gloria del Cielo nos ha enviado a su Madre, aparecida muchas veces sobre la Tierra en muchos lugares, para ayudarnos. Y ha sido sobre todo Ella, la Inmaculada, junto con la Iglesia que desciende del Cielo quien preparó la venida intermedia de Jesús una vez más sobre la Tierra; aún una vez más en favor de todo el Universo.

Jesús glorioso, que atravesó y venció a la muerte, está aquí para entregarnos de nuevo su gran testimonio de lo que junto al Padre. Aquellos que lo reciban y crean en Él experimentarán desde ya una vida plena, aún en medio de las inevitables dificultades de cada día y de las pruebas dolorosas  por las que la humanidad está atravesando.

El Señor intensificará progresivamente su acción que será cada vez más rápida. Dividirá a la humanidad, separando aquellos que se unirán a Él para ser salvados de aquellos que eligirán perderse sin Él.

Hemos querido darle a esta intervención nuestra el título “Cartas al pueblo de Dios”. Las cartas se escriben, sobre todo a las personas queridas, y vosotros nos sois queridos, sois nuestros hermanos y hermanas con las cuales formamos un solo pueblo. Buscaremos de ayudaros progresivamente a entender estos tiempos y los caminos a recorrer para compartir con vosotros las promesas de Dios; las esperas y las esperas y las esperanzas de una nueva humanidad en camino hacia la Nueva Creación.

El Señor os bendiga y os regale su paz.

                                                                         Stefania Caterina y P. Tomislav Vlašić

[1] En el mensaje de la Virgen del 7 Diciembre 2020 “El tiempo mesiánico” se lee entre otras cosas: a lo largo de los siglos muchos místicos han hablado de la VENIDA INTERMEDIA DE JESUS,aun no teniendo bien claro de lo que se trataba. Y bien la presencia de Jesús en medio de su pueblo, de la cual os hablo, será propiamente la venida intermedia de Jesús. Precederá su venida gloriosa en la cual Jesús se presentará en carne y hueso como Hijo de Dios e Hijo del Hombre. Vendrá a juzgar a la humanidad y a dividir para siempre la luz de las tinieblas, a los hijos de Dios de los hijos de Satanás. Establecerá definitivamente el Reino de Dios y lo ofrecerá al Padre en el Espíritu Santo. Introducirá a los hijos de Dios en la Creación Nueva que el Padre habrá preparado para ellos”

[2] Ef. 1, 10

[3] Stefania Caterina y el P. Tomislav Vlasic son miembros del Núcleo Central- uno de los tres instrumentos extraordinarios de este tiempo- del cual hemos hablado extendidamente y del cual puede encontrar amplia información en este sitio.

[4] Jn. 5, 34

[5] Jn. 3, 14

[6] Jn. 3, 11

[7] Jn. 3, 1-15