“No he venido para abolir sino para dar cumplimiento” (Mt 5, 17)

Queridos lectores: todo  aquello de lo que os hemos  hablado y lo que os hemos anunciado  se  concretiza cada vez más. Quien se propuso llevarlo a la  práctica ha experimentado la verdad. La potente acción de  Dios Trinitario lo envuelve todo…Los acontecimientos han comenzado, se van sucediendo e interesan a todos y a todo. Los que creen pueden tocar las gracias y observar cómo se cumplen las promesas de Dios.

San Miguel está muy cerca de nosotros con sus ángeles y Dios ha empeñado al máximo a sus santos y a los instrumentos  que ha puesto a disposición en estos tiempos.  Basta con reflexionar sobre los últimos mensajes de San Miguel , el de 1 de marzo de 2013, y el que hoy os proponemos  en los  cuales aparece  claro  que San Miguel está en medio  de  nosotros. Estuvo cercano al  pueblo de Dios  durante la elección del Papa Francisco y hoy abre el camino a otros acontecimientos caminando a la cabeza del pueblo. ¡Sigámoslo  pronto y  rápido!

Os  auguramos  que gocéis de la poderosa presencia de Jesucristo en medio nuestro. El abre horizontes inmensos delante de nosotros para conducirnos a la creación nueva. Estamos junto a vosotros  en  nuestra entrega a Cristo  con una plegaria viva para vosotros y vuestras familias.

¡ Felices Pascuas para todos vosotros!

                                                                            Stefania Caterina y Tomislav Vlasic

Mensaje  de San Miguel Arcángel del 17 de marzo de 2013

 

 

 

 

¡Te saludo, Iglesia de la Tierra, pueblo santo de Dios!  El Señor me envía nuevamente a anunciaros sus palabras de verdad y traeros su ternura para con vosotros.

Me dirijo a vosotros,  hermanos y hermanas de la Tierra que creéis en Dios Trino y Uno. Que acogéis y testimoniáis  con la vida al Señor Jesús. Me dirijo de modo especial al Papa Francisco, elegido por Dios para ser Pastor de una muchedumbre de cristianos.

Hoy comienza para todos vosotros un gran camino de renovación  espiritual, según los deseos de la Santísima Trinidad. Terminada la larga etapa de preparación de estos últimos años, hemos entrado en el 2013, como ya se os ha explicado (1)  en el tiempo de la gran acción trinitaria, mediante  la cual Dios  introducirá a la humanidad   y a todas las criaturas en la nueva creación.  En esta acción  están involucradas y lo estarán cada vez más  todas las realidades vivientes y operantes en el universo: ángeles y hombres

De todos los  planetas, vivos y difuntos. Esta participación sucederá mediante la  plena entrega a Dios, la  plegaria, la fe, la esperanza y el amor del  pueblo de Dios,la Iglesia santa del Señor, Una en todo el universo

En la acción trinitaria  colaboran especialmente los tres instrumentos extraordinarios de este tiempo: los ángeles, el Núcleo Central  y  los hermanos del universo  fieles a Dios. Ellos preceden con su acción  al pueblo de Dios para abrir el camino y acompañarlo a la nueva creación; también de esto se os ha hablado.(2) La acción de estos instrumentos no puede de ningún modo  sustituir al pueblo de Dios, o sea a su  Iglesia, que es el instrumento esencial del que se sirve Dios para la realización de sus  planes. El pueblo es el destinatario de los dones de Dios, pero está llamado a colaborar plenamente   en la acción divina, a través de la cual llegan todos los bienes. Nuestro Dios desea  que sus criaturas más sublimes, los ángeles y los hombres sean sus colaboradores, los ha destinado a trabajar a su lado en el respeto d e sus leyes, con inteligencia y en plena libertad.

El pueblo de Dios es grande y está presente en todo el universo. Lo forman las humanidades    que no se rebelaron a Dios; sobre este punto habéis recibido muchas explicaciones y por esto no  me detengo. Subrayo sólo que estos hermanos, desde el principio colaboran en la acción divina. Ellos esperan que las humanidades de todo el universo  sean recapituladas en Cristo para  formar un único cuerpo y  ser introducidas en la nueva creación. Su ayuda a las humanidades más débiles, como la vuestra,  fue  discreta y silenciosa a lo largo de la historia. Dios los envió inmediatamente a ayudaros y ellos desarrollaron  un servicio precioso en vuestros niveles: aún hoy continúan ayudándoos  con delicadeza y en silencio. Esperan la orden de Dios  para  mostrarse abiertamente a vuestra humanidad y entonces los veréis.

 

Dios espera que la Iglesia, o sea su pueblo de la Tierra, esté preparada para recibirlos en el modo justo;  por eso no ha  permitido hasta ahora su plena manifestación. Sin embargo no  permitirá  que los   tiempos se alarguen demasiado,  porque desea   reconducir a la unidad a todos los pueblos del universo, como era en un principio, antes que el pecado original quebrase la armonía de la creación. Además, la Iglesia de la Tierra tiene absoluta necesidad de estos hermanos fieles para evangelizar vuestra humanidad.

Los poderosos de la Tierra, las autoridades religiosas y las jerarquías eclesiásticas,  también de la Iglesia Católica, han frenado hasta ahora  el anuncio de la existencia   de otras humanidades en el universo. No me detengo aquí a explicaros los motivos de tal comportamiento. Creo que estáis  en condición de comprender solos lo que significa reconocer que existen humanidades  mejores que vosotros, mejores gobernantes,  mejores creyentes;  es necesaria mucha humildad   y docilidad, cualidades bastante raras  sobre vuestro  planeta.

Dios,  bueno y  paciente, continúa esperando un acto de coraje de parte de cuantos, sobre todo en la Iglesia, conocen tal realidad y creedme, no son pocos.  Un claro anuncio de esta realidad por parte del Papa tendría tal valor sobre la Tierra que superaría  la de todos los gobernantes juntos. Por eso Dios espera que su Iglesia lo ponga al descubierto. Sabedlo si embargo que no esperará infinitamente, `porque vuestra lentitud retarda sus planes y produce muchos sufrimientos en el universo entero. Por eso, dará órdenes a sus hijos fieles  de  manifestarse  abiertamente. Cuantos en la Iglesia ocupan cargos de gran responsabilidad reflexionen bien sobre este punto.

Volvamos al pueblo de Dios. Sobre la Tierra es la Iglesia Católica la que reúne el mayor número de cristianos. Por eso su accionar es importante e insustituible en los  planes de Dios  para vuestra humanidad. Mis palabras se dirigen entonces a esta Iglesia en especial sin embargo ellas interpelan a los fieles de las demás confesiones cristianas llamadas a vivir según el Evangelio que  es uno  para todos y que los empeña a todos en la evangelización de la Tierra. Ellas se dirigen también a quienes pertenecen a otras religiones o  que se profesan ateos pero que son honestos y  de buena voluntad.

Todos aquellos que desean el bien y buscan la verdad están llamados en este tiempo a un camino de profundo renacimiento espiritual. Esto conducirá necesariamente a la recapitulación en Cristo;  significa que todos  deberán acoger, conocer y  amar a Jesús y ser parte de su pueblo santo.

 

La recapitulación en Cristo  abarca la creación entera, es un camino único para todos los hombres del universo. La humanidad de cada planeta lo vive y lo  realiza según su propia originalidad y experiencia, pero el fin es uno solo: formar un solo cuerpo cuya cabeza es Jesucristo,  este cuerpo será la Iglesia de Dios, una en todo el universo. Jesucristo llamará a la vida también  a los difuntos que se han dormido  en la fe para unirlos a los vivos; será un  pueblo inmenso,  el pueblo de los Vivientes.(3) Dividirá para siempre el bien del mal.

Cuando todo sea recapitulado en Cristo, el Padre creará  cielos nuevos  y tierra nueva y los regalará a sus hijos; será la nueva creación. En ella no podrá entrar nada impuro.  Jesucristo introducirá su pueblo en la nueva creación y se lo ofrecerá al Padre. El mismo se someterá al Padre y con El reinará para siempre en la potencia del Espíritu Santo.  Un solo Dios y un solo pueblo: Dios en  medio de su pueblo para  siempre.(4)

Este es el maravilloso plan de la Santísima Trinidad  para cada uno de vosotros y para toda la humanidad. El ya está en pleno desarrollo. Dios está potenciando su acción  en este tiempo para venir en ayuda de sus hijos que gimen en el universo, esperando el pleno cumplimiento de las promesas divinas y la liberación definitiva del mal.

Jesús vino a la Tierra para cumplir con cada promesa del Padre a favor de todos los hombres del universo.   En Jesús,  Hijo de Dios, se ha cumplido todo. El camino de la salvación ha quedado abierto para todo hombre hijo de Dios. Ahora debe cumplirse también  en cada uno de vosotros y en su pueblo. No habrá pleno cumplimiento  de la salvación mientras que la humanidad no sea recapitulada en Cristo, hasta que el último hombre de buena voluntad no haya elegido pertenecer a Cristo.  ¡Solo entonces todo estará cumplido!

Cristo retornará glorioso sobre la Tierra, en donde comenzó  su misión  de redentor. Su retorno será el signo  para todo el universo  que la salvación se ha cumplido. Será el signo   también  para Lucifer  de que su reino  está destruido para siempre.

Dios me ha llamado a ser el   Precursor del retorno glorioso de Cristo. Es mi tarea combatir las fuerzas infernales y separar el grano de la cizaña, tal como está escrito (Mt. 13, 41) Dios me manda recoger su pueblo  de cada parte  del universo  para ofrecerlo a Jesús. Uníos a mí en esta obra, vuestra plegaria es preciosa y me acompaña en la misión. Procedamos según el querer de Dios, nada nos faltará.

Sed humildes y dóciles y yo os ayudaré a comprender lo que el Señor le pide a su Iglesia en este tiempo, para que ella resulte el templo santo, la casa de oración para todos los pueblos     (Is 56,7) según el Corazón de Cristo. Luego os hablaré para  indicaros las líneas a seguir;  después otros instrumentos elegidos por Dios  profundizarán varios temas encuadrándolos desde diversas perspectivas. De  esta  forma tendréis una visión  amplia y completa de la acción de Dios y de los pasos que corresponden a vosotros.

Comencemos entonces nuestro camino  de renacimiento espiritual. Primero  os invito a deteneros un instante e invocar al Espíritu Santo para que abra vuestra inteligencia  para comprender  cuanto de ahora en  más os diré; debéis nacer de lo  alto (Jn.3,3) por eso  precisáis la luz del Espíritu Santo que habla a vuestro espíritu. Consagraos  al Corazón Inmaculado de María y al Corazón ardiente  de San José; su presencia y su plegaria os son indispensables.

 

Comienzo ahora con un evento acaecido en  estos días sobre la Tierra pero que es de grandísima importancia para todo el universo: la elección del  Papa Francisco. El Señor ha querido fuertemente este Papa.  Durante el Cónclave mi presencia y la de  los ángeles fue constante, como os lo había anunciado (5) pero estaban presentes también muchos santos. Mientras mis legiones angélicas rechazaban las fuerzas tenebrosas, los santos rezaban y bendecían a los Cardenales llamados a elegir al Papa. Un santo, en  especial vigilaba y oraba: San Francisco de Asís. Pedía perdón a Dios por los  pecados de su pueblo e imploraba misericordia y paz para toda la Iglesia de Dios. Su presencia era viva y palpable;  no es de sorprenderse  que el  Papa haya elegido el nombre de Francisco.

¡Salud a ti, Papa Francisco! El  Señor te ha elegido, te bendice.  De parte mía y de mis ángeles te aseguro plegaria y protección. El Señor me llama a estar presente  dentro de los muros del Vaticano  para custodiar tu misión. Sepan por lo tanto Lucifer y sus secuaces que el tiempo de sus tramas oscuras está llegando a su fin: la Iglesia es de Dios y de ningún otro; Dios la defenderá.

 

¿Qué representa para vuestra humanidad la figura del  Papa? Os digo que hoy sobre la Tierra no existe voz más autorizada que la del Papa. A él miran creyentes y no creyentes, confundidos y  perdidos en la jungla de discursos vacíos y de las falsas promesas de vuestros gobernantes. Vuestra humanidad espera del  Papa palabras de verdadera esperanza y de ardiente caridad que nazcan de la fe; espera sobre todo que el  Papa proclame y viva los valores más auténticos de la vida humana, cosas extrañas hoy para muchos hombres.

¿De dónde proviene la autoridad del Papa?  No de los códices ni del poder temporal ni de una investidura humana;  proviene de la acción del Espíritu Santo unida a la fe del pueblo de Dios. Este es el fundamento de toda autoridad en la Iglesia. La autoridad de la Iglesia se expresa a través del servicio, no es nunca un fin en sí  misma,  porque está dada por Dios en razón de un servicio. Por lo tanto es la fidelidad al servicio lo que hace creíble toda autoridad. Por eso en la Iglesia no puede existir una  autoridad separada de Dios y del pueblo, porque sería una autoridad falsa y carente de todo fundamento.

El pueblo debería estrecharse entorno al Papa como un rebaño a su Pastor. Cada fiel está llamado a ofrecerse a sí  mismo por el  Papa y con el  Papa para que el Espíritu Santo santifique el camino de toda la Iglesia. El Papa debería  estar estrechamente unido a Cristo, supremo Pastor, y  en Cristo unido a su pueblo. Como un Padre debería vigilar sobre los hijos de Dios, abriéndoles el camino a Cristo en la verdad: verdad de doctrina y de vida. ¿Qué significa? Significa  que el Papa es el primer siervo entre los siervos de Dios, aquel que se ofrece a sí mismo a Cristo, como Cristo se ofreció a si  mismo al Padre por amor al pueblo.

 

Su vida debería ser santa e irreprensible, más allá y por encima de todo interés humano, de todo cálculo y de toda vanagloria.  Lo que no significa que tenga que ser perfecto;  sigue siendo un hombre con sus debilidades: en Dios pureza no significa perfección absoluta, sino honestidad, sinceridad, simplicidad, docilidad a Dios y a sus leyes, obediencia a la voz del Esposo. Dios perdona las miserias humanas pero  no tolera la hipocresía.

 

Es necesario trabajar mucho, hermanos y hermanas de la Tierra, porque no siempre el comportamiento de los  pastores y de los fieles es santo e irreprensible: la historia de  la Iglesia está hecha de luces y sombras. No debéis escandalizaros por esto, porque todos sois hombres, criaturas débiles. Todo error se guarda como un estímulo positivo para cambiar, para corregir, para santificar  la vida del pueblo a que pertenecéis. Cada uno de vosotros es responsable del camino del pueblo de Dios, desde el momento en que acepta  ser parte. Os llamo por lo tanto a una gran responsabilidad; dejaos de criticar y comenzad a edificar comenzando por vosotros mismos. Dios espera vuestra respuesta.

Me dirijo al  Papa y a cada pastor: ¡recordaos  que el pueblo pertenece al Señor! Jesús os manda a apacentar su rebaño pero el rebaño no os pertenece: debéis cuidarlo pero no poseerlo. Confiándoos su pueblo él os regala un campo sobre el que arrojar  la semilla de la vida de Dios pero ni la semilla ni el campo os pertenecen.

Me dirijo a vosotros, fieles: amad y sostened a vuestros pastores, ellos son un regalo de la bondad de Dios;  pero no hagáis ídolos de vuestros pastores; no los coloquéis en el puesto de Dios, le haríais mal a ellos y a vosotros.  Ni el  Papa ni los obispos ni los Cardenales pueden sustituir a Dios. Estáis llamados a vigilar sobre vuestros pastores como ellos hacen sobre vosotros: si  veis errores en ellos no deis vuelta la cara para otro lado sino corregidlos en la caridad. Recordad que la fe del pueblo es el criterio último de todo discernimiento espiritual. Cuando el comportamiento de los pastores es escandaloso y pone en peligro la fe del pueblo debéis interponer demandas serias y no hacer como si  no pasara nada, en nombre de la obediencia. No hagáis como los hipócritas  que alaban con la boca y critican  con el corazón; si sois falsos será falsa también vuestra obediencia. Si el pueblo es hipócrita también la autoridad de quien gobierna  será hipócrita. Os he dicho que los  pastores y el pueblo deben caminar juntos, por esto ellos se condicionan mutuamente. Un pueblo  maduro  en Dios se comporta en modo maduro y tiene derecho de pedir a los  pastores una conducta digna de la autoridad recibida. Del mismo modo los  pastores tienen derecho de pedir al pueblo la integridad en la fe que es el soporte de su autoridad.  La obediencia es recíproca si  es verdadera obediencia. Ella es, antes que todo confianza recíproca, respeto a la acción de Dios en cada uno, tanto en los pastores como en los fieles.

 

Dios os ha regalado un nuevo Papa al cual le toca abrir la puerta al pueblo de Dios en estos tiempos difíciles pero llenos de gracias. No  podrá  hacerlo sin vosotros; si no camináis con decisión.  Dios espera del Papa y de su pueblo en la Tierra algunas cosas sobre las cuales os invito a reflexionar:

 

1)      Dios pide que los cristianos de la Tierra  estén finalmente unidos entre ellos.  El Señor espera ver realizado su mandamiento: amaos los unos a los otros como Él os ha amado. Os llamo con fuerza a arrojar de  vuestros corazones el demonio de la división, que se alimenta de vuestro egoísmo, de vuestros miedos, de vuestras ambiciones.   Arrepentíos y pedid a Dios la fuerza para ser instrumentos de paz y de unidad.

2)      Dios desea que la Iglesia de Cristo hable a la humanidad y descienda a lo más hondo de cada hombre. Esto es lo que hizo Jesús  por vosotros: bajó hasta vuestra miseria, no para condenaros sino para salvaros; se espera que hagáis  otro tanto  con vuestros hermanos.

3)      Dios espera que los testigos de Cristo no lleven teorías sino que lleven al Cristo viviente. Le corresponde a su  pueblo, desde el  Papa al más pequeño de los fieles que  Jesús esté vivo y  operante en vosotros y en medio de vosotros. Esto solamente puede suceder si cada uno de vosotros y todos juntos le ofrecen la vida a El, los unos por los otros.

4)      Dios pide que su pueblo sea un pueblo que reza. En la plegaria profunda y continua  vosotros encontráis a Dios y las respuestas de Dios para cada problema vuestro y de la  humanidad. Es hora  de hablar menos y de rezar  más.

5)      Dios espera que su  pueblo bendiga y sea el mismo bendición. La humanidad de la Tierra frágil y desesperanzada tiene necesidad de encontrar en cada uno de vosotros la  mano de Dios que bendice, cura y levanta.¡Sed bendición  para los demás! ¡Sed también bendición para la creación oprimida por las maldiciones infernales! Podéis bendecir sólo si buscáis, acogéis y custodiáis en vosotros la bendición de Dios que es continua  para todos vosotros.  Podéis regalar a los demás solo lo que estáis dispuestos a recibir de Dios. Los cristianos de la Tierra han  perdido el sentido  de la bendición: no la piden y no la dan.

6)      Dios desea que su pueblo bautice a todas las  personas. El bautismo no es un rito sino la condición esencial   para entrar en la vida de Dios. Todo cristiano está llamado a bautizar, también en el  espíritu, tal como se os enseñó.(6)

7)      Dios espera que la Iglesia de la Tierra se sienta finalmente parte del inmenso pueblo de Dios  presente en todo el universo. La Iglesia de la Tierra no podrá progresar plenamente si no comprende a fondo la   realidad de la vida del universo, si no vive la comunión universal. No hay más tiempo  para callar esta verdad al mundo. Si la  Iglesia renuncia a proclamar esta verdad,¿quién otro podrá hacerlo?   ¿Acaso los poderosos de este mundo?

8)      Dios desea que la Iglesia proclame con convicción que Cristo es el Señor. Que sepa anunciar esta verdad aunque sea incómoda. No hay salvación  sin Jesucristo y toda la creación deberá ser recapitulada en Él. Sin esta claridad de fondo no habrá nunca un verdadero diálogo  con otras religiones o con quien no cree. Todo verdadero diálogo nace del humilde testimonio  de la verdad y no de los compromisos.

Reflexionad sobre estos puntos y  poned en práctica lo que os digo aunque alguna cosa os pueda parecer nueva. En Dios todo es una continua novedad pero una novedad que hace crecer y que no desecha nunca lo que ya existe.  Dios es un constructor infatigable y la Iglesia es su edificio: el agrega cosas nuevas sin trastornar; embellece sin sobrecargar. Jesús ha dicho:” No he venido   para abolir sino para dar cumplimiento”(Mt.5.17) y es así.  ¡Por eso, estad preparados para la novedad de Dios! Ella os sorprenderá pero no os escandalizará ; más  aún: si tenéis buena voluntad ella os hará criaturas nuevas. Entonces veréis cumplirse día a día el plan maravilloso de Dios.  Sabréis que Él es el  Padre de toda   maravilla.

 

Os bendigo en el nombre del Padre , del Hijo y del Espíritu Santo”.

 

 

 

1-      Mensaje del Espíritu Santo  12 de diciembre  de 2012 con el título “Todo está cumplido”. Publicado en este sitio.

2-       Jesús hablo de los instrumentos extraordinarios en el mensaje del 5 de setiembre de 2011. con el título “los instrumentos de Dios en este tiempo”. Publicado en este sitio.

3-      Cfr.Jn 5

4-      Cfr. Apoc.21

5-      Mensaje de S. Miguel con el título”Las potencias del infierno no  prevalecerán”. Publicado en este sitio del 1 de marzo de 2013-

6-      Se refiere al Bautismo en el Espíritu Santo y en el fuego. Cfr. “Mas allá de la gran barrera”. Cap. 9    

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s