Mensaje de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Fátima, 13 de mayo de 2017
A Stefania Caterina.
“Queridos hijos:
Hoy me habéis dado mucha alegría porque estáis tan deseosos de honrarme. Hoy muchos hijos sobre la Tierra me dan alabanza y gloria, y yo le transmito todo esto al Señor por vosotros.
En todas mis apariciones me he servido de instrumentos simples, pequeños, humildes. Ellos fueron mi voz frente a la humanidad; del mismo modo yo he sido su voz delante de Dios. Yo soy la voz de todos mis hijos delante de Dios, sobre todo de mis hijos más pequeños, más pobres y más humildes; de aquellos que no piden otra cosa que poderme amar.
Hijos, el mundo está dominado por arrogantes, está en manos de los violentos y bien podéis ver cómo van las cosas. Pero yo os digo que el Señor tiene firmemente en sus manos el destino de los hombres y no dejará que sus pequeños sean aplastados. Ningún hijo de Dios será aplastado y yo seré la voz de estos pequeños delante de Dios y delante de la humanidad. Lo seré también delante de esa parte de la Iglesia que habla mucho de los pobres, pero no los protege; hace muchas obras a favor de los pobres pero no ama los verdaderos pobres que son los pobres de Dios. Si los amase verdaderamente habría revelado todo lo que he dicho en Fátima, porque yo he hablado por amor de los pequeños.
Hijos míos, el mundo no se salvará sin el verdadero Dios y sin la comunión entre los hijos de Dios. Me refiero a todos los hijos de Dios presentes en muchas partes del universo y que Dios está llamando a reunirse. Dios busca a sus hijos, quiere salvarlos y utilizarlos como instrumento de salvación para toda la humanidad. También vosotros podéis ser instrumentos de salvación si lo queréis. Yo deseo servirme de vosotros para llevar sobre la Tierra el grandioso anuncio que ya quería llevar a Fátima y que ha sido ocultado por las intrigas de los hombres.
Este es el anuncio que quiero llevar por última vez sobre la Tierra:
* La humanidad existe en todo el universo.
* Toda la humanidad deberá elegir entre Jesucristo y Lucifer. Solo a través de Jesucristo podrá alcanzar al verdadero Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
* La humanidad que haya recibido a Jesucristo será reunida de cada planeta para formar un solo pueblo, unido a mi Hijo, Sumo Sacerdote. Será un pueblo unido, humilde pero fuerte en Dios; que no conocerá más distancias ni barreras.
Hijos, os pido decidiros completamente por Jesús, y ayudarme en esta obra que Dios me ha confiado. No deseo nada para mí, ninguna gloria. Mi gloria sois vosotros. Sois las estrellas de mi corona. Yo soy la voz de mis hijos delante de Dios y lo seré delante de los poderosos arrogantes. Por amor de mis pequeños no me quedaré callada .Hablaré aún más y diré todo aquello que debía decir desde hace mucho tiempo.
Soy una persona viva, y no una hermosa estatua para llevar en procesión. Mis hijos tienen derecho de escuchar la voz de su Madre que los ama, los llama y les enseña. Hasta ahora he sido muy paciente y discreta. He perdonado tantas cosas. Ahora en cambio, es hora de despertar a mis hijos que sufren bajo la opresión del enemigo engañador, que parece invencible, pero que nada puede contra Dios y contra mí. Por esto, diré todo aquello que el Señor me permita deciros. Soy su servidora y haré cuanto El me pida.
Yo soy Aquella que vive en la Santísima Trinidad.
Soy vuestra Madre, pero soy también la Reina del Universo. Este no es un simple título con el que me honráis: es mi misión. Soy Madre y Reina del Universo. Quizá este particular se os ha escapado; por eso os recuerdo que en cuanto Reina he recibido Dios la gracia y el poder de actuar en todo el universo a favor de mis hijos. He recibido el poder de aplastar la cabeza de la serpiente y lo haré. Os hablaré y os enseñaré todo aquello que debéis saber en este tiempo para vencer el mal que anida en todos lados, aún en la Iglesia. Tengo el derecho y el deber frente a Dios y a la humanidad de hablar a mis hijos cuando quiero y como quiero, sin pedirle permiso a nadie. Dios me ha pedido usar hasta el límite mi poder de Madre y Reina del Universo: lo haré por vosotros para ayudaros y protegeros, porque los tiempos son graves.
Os pido que me ayudéis, hijos, a salvar a muchos hermanos, trayéndolos a Dios. Sean también ustedes la voz de los últimos.
Hijos míos, ¡no os confiéis en los poderosos de este mundo! Confiaos solo en Dios y también en mí. Yo seseo solo vuestro bien y os confío a Dios porque esto es el verdadero bien para vosotros. Debéis hacerlo también vosotros: confiad en Dios y entregaos completamente a Él. Entregadle todo y todo os volverá centuplicado.
Os prometo, por el amor que me tenéis, que estaré siempre con vosotros. Donde estéis yo estaré con vosotros. Estaré a vuestro lado en todas las pruebas, en la alegría y en las dificultades. Seré vuestra voz delante de Dios, y vosotros seréis mi voz delante de los hombres. Dios, que es vuestro Padre, os ama y os quiere felices y salvos a todos. Os quiere llevar a una nueva creación, tan bella y pura, que nadie puede imaginar, y está preparada para vosotros al final de los tiempos.
Tened fe, hijitos, os espero en la nueva creación, pero estoy ya aquí con vosotros y camino con vosotros sobre los caminos del mundo; sobre el camino de cada hombre hacia la nueva creación.
Os bendigo con todo mi amor en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.