6 de enero de 2020- EPIFANIA DEL SEÑOR
Mensaje de san Miguel Arcángel
Muy queridos hermanos y hermanas de la Tierra:
¡Paz a vosotros! os auguro un año pleno de gracia y de luz. Vengo en nombre de Dios Altísimo a proclamar sus intenciones y sus deseos para el año 2020. Primero de todo os informo que el año 2019 recién transcurrido ha sido muy fructuoso para la Iglesia de Jesucristo en todo el universo. Los hermanos fieles continuaron visitando diversos planetas rebeldes entusiasmando y sosteniendo el pequeño grupo que se ha formado en todos los planetas, aún los más rebeldes, con distintas esfumaturas. En cada uno de sus pasadas se produjeron ulteriores conversiones, por más que el bajo universo permanece sustancialmente rebelde a Dios. Sin embargo se han formado varios restos que se unen a vosotros de la Tierra y a las humanidades fieles.
En este año Dios Trino y Uno manifestará su potencia a través de su pueblo en cada parte del universo. Aquí sobre la Tierra el trabajo a realizar es mucho, como vosotros bien lo sabéis, la Tierra es el más rebelde entre los planetas rebeldes. Además, en vuestro planeta se produce un enfrentamiento entre energías positivas y negativas provenientes de todas partes. (1) Efectivamente, como Dios está derramando sobre la Tierra su poder y el de su Iglesia, también Lucifer vuelca sobre la Tierra su odio y el de todo su pueblo del bajo universo.
Dios quiere manifestar su poder a través de su pueblo, y no es un poder cualquiera. No os hablo simplemente de signos y milagros sino de la potencia trinitaria. Se debe manifestar entonces la Santísima Trinidad. La Tres Personas de la Santísima Trinidad deben revelarse en su acción específica y en su poder. Por eso el pueblo de Dios sobre la Tierra debe ser colmado y reforzado con la potencia trinitaria para que pueda manifestarla.
A lo largo de los siglos Dios ha elaborado distintas estrategias para sostener su pueblo y abatir al enemigo. Al inicio, en el tiempo de los Apóstoles y de las primeras generaciones de cristianos, la Iglesia de la Tierra se caracterizaba por la presencia de muchos mártires. La sangre de los mártires inundó la Iglesia y la Tierra, y lo mismo sucedió después. No os hablo solo del martirio de sangre sino del martirio íntimo sufrido por tantos santos y justos perseguidos a lo largo de la historia.
Pese a todo Dios ha llevado adelante su plan. La Iglesia de la Tierra, la verdadera, si bien perseguida y pisoteada ha resistido. El núcleo auténtico de la Iglesia ha permanecido intacto; escondido, clandestino muchas veces, pero incorrupto. Ahora debe salir a la luz, a través de vosotros y de todos aquellos que han sido llamados y que han respondido desde el momento de su concepción: estos deben despertarse y actuar unidos a vosotros.
Como os decía, la sangre de los mártires ha bañado la primera Iglesia. No será así para la Iglesia de hoy que debe ser gloriosa, capaz de manifestar no solo la Cruz sino la Resurrección del Señor.(2) Por consiguiente, Dios no ha previsto un enfrentamiento cruento con las fuerzas del mal; no quiere que se derrame más sangre. Aunque muchos sin embargo serán sacrificados por la maldad del hombre. Dios actuará de otro modo: infiltrará a su pueblo en todos los sistemas satánicos del universo. Así los hará explotar desde adentro. Seréis enviados en espíritu, junto a muchos otros hermanos para actuar como una levadura para desquiciar los sistemas desde su interior.
Satanás no lo advertirá porque no puede entender la acción en espíritu, si no posee el Espíritu de Dios. Por eso percibirá cualquier cosa pero no podrá hacer nada porque no tiene los medios para oponerse a la acción en espíritu. Puede matar al hombre pero no al espíritu del hombre, mucho menos al Espíritu de Dios.
Se deben realizar las promesas que habéis escuchado por boca del profeta Isaías (3): todos los bienes de los pueblos, todas las gracias, lo mejor de la humanidad, todo confluirá en la Iglesia de Jesucristo del Universo. Vosotros deberéis abrir el camino a la humanidad que debe resurgir. No os hablo de los hijos de satanás, a estos dejádselos a él. Os hablo de los hijos de Dios que todavía duermen y no entienden porque nadie los ha instruido.
¿Qué es necesario ahora? vuestra oración y vuestra entrega: es necesario que viváis sinceramente y en profundidad los tres ejes del Reino de Dios que se os indicaron: la entrega, la integridad, la comunión universal.(4) Vivid en vuestras casas con simplicidad pero con profundidad, poniendo en práctica todo lo que habéis oído en estos años .
No deis vuelta sobre vosotros mismos. Vuestras oraciones deben elevarse y no dar vueltas sobre vuestros problemas. Todos tenéis problemas, toda la humanidad los tiene. Pero si esperáis resolver vuestros problemas para poder cumplir esta misión os equivocáis. Comenzad vuestra misión y resolveréis vuestros problemas. Dios los resolverá. Concentraos en cambio en la ayuda que podéis dar a la Iglesia de todo el universo. Ayudad a la Iglesia del universo, y ella os ayudará a vosotros, porque sois un solo corazón y una sola alma.
No os sirven grandes proclamas ni tanta propaganda. No combatiréis contra nadie, no es ya el tiempo. Ni siquiera Dios gasta sus fuerzas para combatir a aquellos que no quieren comprender. Vosotros seguid adelante con vuestra misión: sois los comandos elegidos de Dios; caminad delante de los demás para abriles el camino, así como los instrumentos extraordinarios os preceden en el camino.(5)
Es el tiempo de la manifestación de Dios y de su pueblo. Por eso os pido una atención profunda a la acción de Dios dentro de vosotros, para que ella se manifieste a través de vosotros. El Señor os protegerá del mal. Si sois fieles no tendréis grandes problemas, no os enfrentaréis con vuestros enemigos, ni ellos vendrán a importunaros porque satanás está confundido. Pero si vinieran a fastidiaros responded con paciencia con amor, y con alegría: después abridles la puerta y hacedlos salir.
Dios no tiene necesidad de correr detrás de nadie. Lo que está hecho, hecho está. En todos estos años, el Señor ha elegido, ha llamado y muchos han respondido. Los ejércitos del bien y del mal están ya formados. En el medio quedan todavía muchos que deben ser despertados para que elijan entre el bien y el mal. Por eso es necesaria la acción en espíritu. Es necesario que el pueblo de Dios se ofrezca sobre los altares, en los templos, allí donde el Señor lo llama para elevar a quien es de buena voluntad y para abatir a quien no lo es. (6)
Sobre todo es necesario que el pueblo entre en los sistemas de satanás. Veréis y ya lo estáis viendo en parte, que los sistemas entran en crisis, se arrojan unos contra otros, un reino contra otro reino. Los hijos de satanás se enfrentan entre ellos porque ninguno quiere ser más débil que los demás. Todos quieren mandar y vence quien grita más, quien es más malvado. Todos esperan de Satanás obtener lo que les ha prometido: el poder, pero no lo tendrán porque el poder le corresponde a Dios y a su pueblo
¡Coraje hermanos! ¡adelante! Quitad la vista de vosotros y mirad a los demás.
Observad lo que Dios está haciendo, no lo que hace Satanás. Pensad en lo que Dios hace y puede hacer a través de vosotros y no solamente lo que vosotros podéis y no podéis hacer. El poder de Dios tiene la capacidad de llevaros más allá de vuestros límites y de vuestros problemas. Os bendigo y estoy a vuestro lado, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”
- Cfr “Reescribir la historia. Vol II, -el Universo y sus habitantes. Cap.3; La energía primaria. 3 La energía disgregante..
- Ap 205-6
- Cfr Is 60, 1-6
- cfrMás allá de la gran barrera cap 11
- Reescribir la historia . Vol II el universo y sus habitantes. Parte quinta. Del tercer milenio a la nueva creación. Cap 2
- Mensaje de María Santísima del 7 de diciembre 2019 “Ofrecidos con María sobre todos los altares de la Tierra”