22-02—2020 Cátedra de San Pedro y aniversario de la Fundación
Fortaleza de la Inmaculada.
Mensaje de María Santísima
«Muy queridos hijos: en este día tan particular,[1] con inmenso amor os estrecho junto a mi Corazón a todos vosotros, especialmente a los enfermos y a cuantos sufren en el espíritu: los que son perseguidos en sus familias por causa de este camino, o en sus puestos de trabajo. Os estrecho a todos a mí porque os amo y quiero estar cerca en todas las pruebas.
Muchas veces os he pedido que me ayudéis a salvar las almas. Hoy os digo: ayudadme en mi obra de Corredentora. Yo soy la Corredentora de toda la humanidad del Universo. Esto no es un título, es mi misión, mi obra en medio de vosotros. Es la misión que he aceptado desde mi concepción. Por eso soy Madre para vosotros, porque he aceptado llevar con mi Hijo todos los dolores del Universo para arrebataros al sufrimiento y a la muerte.
Yo he llevado junto a mi Hijo todos los dolores de la Pasión: los espirituales como la traición y el abandono, de los ultrajes y las blasfemias, y también los dolores físicos. Todo lo que Jesús sufrió en su físico, yo lo sufrí en el mío, aunque no era visible a los ojos del mundo. Muchos santos a lo largo de la historia han sufrido algún dolor de la pasión; pero yo los he sufrido todos por vosotros: mi Corazón fue traspasado, mis manos y mis pies lacerados y así en adelante. Por esto es que soy Madre para vosotros y por esto Jesús ha podido confiaros a Mí al pie de la Cruz.[2] Mi obra de Corredentora continuó en la primera Iglesia entre los apóstoles y los discípulos. Después de mi Asunción al Cielo, en la gloria de la Trinidad en que vivo, mi misión de Corredentora se extendió a todo el Universo.
Sabed hijos, que así como he llevado los dolores de Jesús, así he participado de la gloria de su Resurrección. Soy la Corredentora porque he compartido con mi Hijo la muerte y la Resurrección. Todo mi ser volvió a florecer con Jesús resucitado y he abierto el camino para vosotros, para que un día podáis entrar en la creación nueva.
Mi obra de Corredentora es incesante e imparable. Yo continúo ofreciendo a la Santísima Trinidad, todos los dolores del Universo para que así mis hijos experimenten también las alegrías del Cielo. Del mismo modo vosotros debéis recorrer el camino de Jesús y el mío. Estáis llamados a ser corredentores, aquellos que participan junto a Mí en la muerte y la resurrección de mi Hijo. Unidos a mí lleváis los dolores del mundo y las alegrías del Cielo. Junto conmigo sois testigos de la vida corrupta que muere, y de la vida divina que a través de mi Corazón renace siempre e incesantemente para todos vosotros.
Deseo que este pueblo reconozca mi obra de Corredentora y que se haga partícipe para estar siempre más unido a Jesús, Pastor y Redentor de la Humanidad.
Sin mí no podréis entrar plenamente en el sacrificio de mi Hijo, en su muerte y resurrección.[3] He soportado por vosotros muchos dolores, de otro modo estaríais aplastados por el peso de los sufrimientos. Sin mí no podéis tocar las profundidades de Dios. Yo os traigo su vida porque soy Madre de Dios y Madre vuestra. Corredentora de la Humanidad y Reina del Universo. Deseo que este pueblo me reconozca como tal y así me acoja. Si no comprendéis mi obra Corredentora mi figura resulta marginal y distorsionada, como lo es para muchos cristianos.
Os digo hijos que Satanás tiene terror de mi obra de Corredentora y se opondrá de cualquier forma a esta realidad que nunca ha soportado. No ha aceptado la encarnación de Jesús y aún menos acepta que una mujer pueda ser Corredentora.Por esto tendréis muchas oposiciones, pero no os preocupéis, este es el tiempo en que esta realidad debe emerger. Por eso nadie podrá detenerla. Satanás se enfurecerá pero no podrá hacer nada. Ya el cerco se cierra sobre él porque el pueblo de Dios avanza en todo el Universo y ninguno podrá bloquearlo.
La Iglesia de Jesucristo del Universo proclamando sobre la Tierra que yo soy Corredentora, da un giro muy grande a la historia de la salvación y de la humanidad. Debéis ser concientes de esto. Os repito que esto no es un título. No tengo necesidad de títulos ni me interesan. Yo no quiero nada para mí, pero deseo ayudaros y salvaros junto con mi Hijo. Esta es mi misión y la llevará a término; nada ni nadie podrá impedírmelo, Ya os lo he dicho y repito: de ahora en más utilizaré todo mi poder de Reina[4] y de Corredentora para arrebatarle a enemigo cuantas almas sea posible con la ayuda de toda mi Iglesia del Universo.
Por eso hijitos os agradezco mucho por este paso que es grande. Este día debe ser para vosotros un memorial. Por mi parte os aseguro la protección de todo mal. Conoceréis el dolor del mundo por que estáis inmersos en él. No os lamentéis por esto pero considerad un honor para vosotros ser corredentores junto a mi Hijo y a mí. En vuestro corazón conoceréis sin embargo las alegrías del cielo : la paz, el amor, todo aquello que el mundo no posee. Así en medio del caos de esta Tierra conoceréis las alegrías del Cielo y vuestro corazón exultará, aunque estéis contrariados porque tendréis siempre la alegría de Dios. Esta es mi promesa: quienquiera de vosotros que participe en mi obra de Corredentora conocerá los dolores del mundo pero poseerá también la alegría del Cielo. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.
[1] Hoy la Fundación Fortaleza de la Inmaculada ha decidido consagrarse solemnemente a María Santísima Corredentora de la Humanidad.
[2] Cfr. Jn 19. 25-27
[3] Cfr. Reescribirla Historia Vol. I. pag. 75
[4] Cfr.Msj. de María Santísima del 13 de mayo 2’17 : “ Tengo el derecho, el deber frente a Dios y a la humanidad de hablar a mis Hijos cuando quiero y cuanto quiero sin pedirle permiso a nadie. Dios me ha pedido utilizar a fondo mi poder de Reina y Madre del Universo; lo haré por vosotros para ayudaros y protegeros porque los tiempos son graves.