EL TIEMPO MESIANICO

Mensaje de María Santísima en la vigilia de la FIESTA DE LA INMACULADA:

EL TIEMPO MESIANICO

“Queridos hijos:

Estoy contenta de hablaros en la vigilia de la Fiesta en que honráis mi INMACULADA CONCEPCIÓN. Justamente en esta vigilia, el Señor me manda a anunciaros un año de gracia y de misericordia, pero también de un duro combate contra el reino de las tinieblas.

El 2021 será efectivamente un año particular sobre la Tierra y para la Iglesia de Jesucristo del Universo presente en este planeta y un giro para el Universo entero. Esto dará inicio a un tiempo nuevo, un TIEMPO MESIÁNICO. Se abrirá entonces una nueva era de la historia humana, nunca vista hasta ahora, en la que mi Hijo manifestará su poder real y sacerdotal en la Iglesia de todo el Universo.

Su manifestación será silenciosa pero muy concreta. Pasará a través de la acción de su pueblo y de los instrumentos extraordinarios previstos para este tiempo. Jesús estará presente más que nunca en espíritu en su Iglesia; acompañará el testimonio en todo el Universo con los signos de su potencia, mucho más de lo que sucedió en tiempo de los Apóstoles[1] porque hoy la Iglesia es una en todo el Universo y se ha ampliado.

Así tendrá comienzo la GLORIFICACIÓN DE JESÚS querida por el Padre, que culminará en la venida gloriosa de Jesús al final de los tiempos. El Espíritu Santo actuará fuertemente en la Iglesia de todo el Universo. Llevará a cada creyente y al pueblo entero a un nivel espiritual cada vez más alto y siempre más semejante en todo el Universo. De este modo será superada la diversidad existente entre las distintas humanidades. Todos deberán llegar al mismo conocimiento de Dios y de sus leyes, por medio de Jesucristo, en el Espíritu Santo.

De esta forma la glorificación de Jesús irá paso a paso con la RECAPITULACIÓN en Él de toda la creación. Mi Hijo atraerá a sí mismo a cuantos sean juzgados dignos de participar en su gloria; después la gloria de sus hijos inundará toda la creación, que espera la manifestación de los hijos de Dios, como está escrito.[2]

Todo esto no sucederá de un día para el otro sino que será un proceso gradual que permitirá al pueblo de Dios asimilar las gracias poderosas de este tiempo. Las intervenciones de Dios no son mágicas, sino que presuponen siempre la participación libre y consentida del pueblo a los acontecimientos previstos por Dios

Sin embargo el Señor es el señor del Tiempo y es siempre libre de apresurar los eventos según sea la respuesta y la participación de su Iglesia.

Por esto os pido que os empeñéis siempre más en el camino espiritual, para que el Señor apresure los tiempos y abrevie los sufrimientos de gran parte de la humanidad.[3]

La presencia de Jesús, viva y operante en su Iglesia de todo el Universo obligará a Lucifer y a sus ejércitos a salir al descubierto. Así será el comienzo de la batalla entre el pueblo del Cordero y el pueblo del Dragón, que terminará con la venida de Jesús en su gloria. Solo entonces Lucifer y todo su reino serán precipitados a las tinieblas eternas, en la dimensión que se habrán merecido; mientras la creación será nueva y armoniosa, a medida de los hijos de Dios.

No tengáis miedo de enfrentar esta batalla, porque será mi Hijo quien combatirá junto a su Iglesia de todo el Universo. A cada uno de vosotros os será asignada la tarea más adaptada a su originalidad. Si sois fieles a vuestro llamado nada os podrá herir.

A todos vosotros os lo digo: es el tiempo de la elección definitiva. Decidid en qué parte del campo de batalla queréis estar y a cuál ejército pertenecer: si a aquellos de Dios o a los de Lucifer. Ninguno podrá hacer fingimiento de nada, porque la lucha involucrará a toda la humanidad del Universo. Todos, creyentes o no creyentes se verán envueltos en los eventos cósmicos que se perfilan en el horizonte. No podréis permanecer indiferentes.

Como Madre os suplico que elijáis a Dios y que os coloquéis bajo la plena autoridad de mi Hijo Jesús, antes que sea demasiado tarde. Deseo recogeros bajo mi manto para daros protección y consuelo, pero no podré hacer nada si me rechazáis. Ahora es el tiempo de decidir y todavía el tiempo de la Misericordia; pero no abuséis de la paciencia de mi Señor y convertíos. Dejad la vida vacía del mundo que no puede daros la felicidad y mucho menos la salvación.

El tiempo mesiánico de que os hablo es también tiempo de EVANGELIZACION. También ella concluirá en la Tierra con la venida gloriosa de mi Hijo. La Tierra es pagana, alejada de Dios, infectada por la corrupción y el pecado, sometida al demonio que la empuja al abismo. Por eso la evangelización de la Tierra es un objetivo prioritario para el Universo entero que espera la conversión de la Tierra. La potente acción de Jesús en su Iglesia dará un gran impulso a la conversión de vuestra humanidad. La presencia de Jesús en medio de su pueblo será palpable, como también el poder de su Iglesia de todo el Universo, que crecerá día a día.

A lo largo de los siglos muchos místicos han hablado de la VENIDA INTERMEDIA DE JESÚS, aun cuando no tenían bien en claro de qué cosa se trataba. Y bien, la presencia en espíritu de Jesús en medio de su pueblo, de la que os hablo, será justamente la venida intermedia de Jesús. Precederá su venida gloriosa, en la cual Jesús se presentará en carne y hueso, como Hijo de Dios e Hijo del Hombre.

Vendrá a juzgar a la humanidad y a dividir para siempre la luz de las tinieblas, los hijos de Dios de los hijos de satanás. Establecerá definitivamente el Reino de Dios, y lo ofrecerá al Padre, en el Espíritu Santo. Introducirá a los hijos de Dios en creación nueva que el Padre habrá preparado para ellos.

Las cosas de que os hablo son grandes y tremendas para aquellos que no creen pero llenas de esperanza para cuantos las esperan con fe. Las antiguas promesas de los Profetas de Israel se cumplirán plenamente. Las semillas de santidad y de justicia, a menudo sembradas con fatiga y dolor por los santos de todos los tiempos y de todos los planetas darán su fruto eterno. El árbol de la Vida florecerá para siempre en el jardín de Dios, que es la nueva creación. Dios será todo en todos. ¡Apresuraos hijos míos a entrar desde ahora en este grandioso plan de Dios!

En la evangelización del Universo y de la Tierra en particular, tendrá gran importancia el SIGNO que os he entregado y que muchos ya utilizan.[4] El expresa el triunfo de mi Corazón Inmaculado en la Iglesia de todo el Universo. El triunfo de mi Corazón es el preludio del triunfo de mi Hijo, porque yo soy la Reina del Universo. Es el paso obligado para el pueblo de Dios, de la vieja a la nueva creación. Mi Corazón está en el centro de la Cruz, porque yo soy la CORREDENTORA de la humanidad. La estrella que rodean mi Corazón son mis hijos de todo el Universo, porque yo soy la Madre de la humanidad.

El SIGNO que os he entregado encierra mi poder de Reina, Corredentora y Madre de la humanidad. Mi tarea en este tiempo es custodiar la Iglesia de todo el Universo y prepararla para la venida gloriosa de Hijo al final de los tiempos, pero también para su venida intermedia en este tiempo. Mi presencia y mi obra en medio de vosotros acompañarán la glorificación de mi Hijo y la de su pueblo en este tiempo mesiánico.

Este signo está ya difundido por todo el Universo y debe ser difundido sobre la Tierra por medio de la Iglesia de Jesucristo, presente sobre este planeta. Será el signo de la pertenencia al pueblo de todo el Universo. Será poderoso, y producirá frutos de conversión y de sanación, contribuyendo así a la Evangelización de la Tierra. El poder del signo será la manifestación del poder de la Iglesia de Jesucristo del Universo. Junto con el signo serán importantes las dos plegarias de consagración que os fueron entregadas por San Miguel Arcángel en el 2007.[5] Ellas asumen en este tiempo toda su grandeza, porque resumen las plegarias del pueblo entero del Universo a mi Hijo y a Mí.

Prometo a cuantos lleven con fe el signo y reciten las plegarias de consagración que os he indicado, la conversión y la sanación del espíritu, del alma y del cuerpo. Estaré muy cerca de ellos y los protegeré con mi poder de Reina, Madre y Corredentora. Recompensaré con muchas gracias a cuantos difundan el signo y enseñen a los demás las plegarias de consagración. Así me ayudaréis en mi obra; y desde ahora os lo agradezco.

Sed fuerte, hijos míos, y sed siempre humildes. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”


[1] Mc 16, 20

[2] Rom 8, 19-22

[3] 2Pedr 3, 11-15

[4] Se refiere a la Cruz que ya utilizan algunos miembros de la Fundación “Fortaleza de la Inmaculada”, y que la Virgen misma ha indicado a través de StefaniaCaterina. Encontraréis la descripción en este sitio en la pag. “El Signo es una Cruz …”

[5] Se trata de la plegaria de consagración a la Madre y Reina del Universo y la plegaria de consagración a Jesucristo Rey del Universo. Las encontraréis en este sitio en la pag. “Consagraciones y plegarias”