“Os dejo en las manos de mi Hijo”

MENSAJE DEL PADRE:

“Os dejo en las manos de mi Hijo”

7 de agosto de 2021- SOLEMNIDAD DE DIOS PADRE

Este es el TIEMPO DEL SILENCIO DE DIOS, del cual os hablará mi Hijo. Silencio no significa que Dios no hablará más, sino que hablará de modo distinto. Yo hablaré por medio de mi Hijo en la profundidad de vuestro espíritu. El Espíritu Santo hará que oigáis en vosotros la v oz de Jesús, y todos aquellos que han dicho sí en el momento de la concepción reconocerán y seguirán la voz del Pastor.

 

“Queridísimos hijos:

Os agradezco porque estáis ahora una vez más aquí, en este año muy particular para todos vosotros y para la humanidad entera. Se trata de un año de pasaje al TIEMPO MESIÁNICO, que os ha sido anunciado y que ahora debe alcanzar su plenitud.[1]

Aún otra vez más he enviado a mi Hijo a la Tierra como luz de mundo[2] para que su luz brille en cada uno de vosotros, en mi pueblo y sobre toda la Tierra. La luz de mi Hijo hará emerger también las tinieblas, por eso una gran batalla tendrá lugar sobre este planeta. Será el comienzo de un fuerte enfrentamiento entre luz y tinieblas. Esta batalla concluirá con la venida gloriosa de mi Hijo al final de los tiempos, o para decirlo mejor, con su manifestación gloriosa, porque Jesús ya está ahora aquí, en medio de vosotros. En este tiempo mesiánico la estrella de mi Hijo Jesús debe brillar sobre este planeta oscuro para el bien de todo el Universo que espera la salvación.

Este es el TIEMPO DEL SILENCIO DE DIOS, del cual os hablará mi Hijo. Silencio no significa que Dios no hablará más, sino que hablará de modo distinto. Yo hablaré por medio de mi Hijo en la profundidad de vuestro espíritu[3]. El Espíritu Santo hará que oigáis en vosotros la v oz de Jesús, y todos aquellos que han dicho sí en el momento de la concepción reconocerán y seguirán la voz del Pastor.[4]

Debe surgir la voz del Salvador, el único que os puede llevar a la salvación. Por eso no os asombréis si disminuyen las voces de los verdaderos Profetas; se debilitarán hasta casi desaparecer. Ahora es el tiempo en que los verdaderos profetas callen porque debe hablar Aquel que es la Palabra de Dios. Por el contrario emergerán los falsos profetas que gritarán en las plazas y atraerán a sí a todos aquellos que no me pertenecen, porque rechazan a mi Hijo Jesús. Muchos vendrán también en nombre de Jesús pero no serán ovejas de su redil, y no deberéis seguirlos.[5]

Vuestro camino es claro y está trazado ya desde hace mucho tiempo y es el momento en que todos vosotros retoméis todo cuanto os ha sido dicho en estos años y comencéis a vivirlo. Las revelaciones que habéis recibido no son fábulas ni palabras hermosas para consolaros: son el camino para este tiempo.

Si habéis descuidado alguna cosa, no habéis entendido o no habéis puesto en práctica algo ahora es el tiempo de repararlo. Retomad y profundizad seriamente este camino, junto a vuestros sacerdotes y a los responsables de este pueblo; de otra forma no podrán llegaros las cosas nuevas si no habéis entendido las antiguas.

En este tiempo los instrumentos extraordinarios serán retirados, estarán junto a mi Hijo y lo seguirán a donde vaya. Habrá muchas ovejas que recoger, de numerosos rebaños.[6]

Ahora es vuestro tiempo: este pueblo debe descender al terreno para testimoniar lo que ha recibido. Aunque no seáis muchos, yo os he vuelto fuertes para un gran testimonio. No tengáis por eso temor de bajar al terreno y de hacer lo que os he pedido, porque la humanidad de la Tierra  se retuerce sobre sí misma, y esta pandemia no acabará hasta que mis hijos hayan entendido todo cuanto hay que entender.[7]

Muchos otros eventos sucederán sobre este planeta, por eso debéis estar preparados. No os pido que hagáis grandes cosas sino poner en práctica lo que os ha sido indicado. Pasos simples, concretos, llenos de amor, y no se os pide nada más.

Mi Hijo está presente sobre la Tierra para separar la luz de las tinieblas, para reunir a su pueblo y reforzar a cada uno de vosotros. Debéis brillar con su luz, de otra forma todo será inútil. Por eso os pido un serio trabajo de profundización y una mayor comprensión de vuestro camino.

Es tiempo de hacer un balance de vuestra vida, porque el juicio comenzará por la casa de Dios, recordadlo bien.[8] Mi Hijo está aquí y vuestra tarea es sentir su presencia, vivirla y testimoniarla. No le hace falta otra cosa a esta pobre humanidad; porque ningún otro podrá salvarla sino mi Hijo.

Con estas palabras os saludo y os dejo en las manos de mi Hijo. Os serán dadas las indicaciones que os hagan falta en el modo justo y en tiempo justo. Pero no esperéis que os siga paso a paso como lo he hecho hasta hoy porque ahora os toca a vosotros seguirme y podréis hacerlo solo siguiendo a Jesús.

El pueblo de Dios debe finalmente conocer a su Salvador, porque muchos cristianos de la Tierra hablan de Jesucristo, pero pocos lo conocen verdaderamente. Yo quiero que vosotros conozcáis a mi Hijo Jesús con un conocimiento que es amor, fuerza, bendición, testimonio. El Espíritu Santo os guiará. Os agradezco por todos los pasos que habéis dado y por aquellos que haréis. Estaré siempre a vuestro lado.

Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

[1] Mensaje de la Virgen del 7 de diciembre 2020

[2] Jn 8,12; Jn 9,5; Jn 12, 46

[3] “La revelación que logra el último estadio de Jesús es la realización de la profecía del Antiguo Testamento, según la cual en el tiempo escatológico (final de los tiempos) no se conocerá a Dios por enseñanza, sino que se tendrá directamente la experiencia de Él. (Is. 54, 13; Jer. 31, 31-34

[4] Jn 10, 1-6

[5] Jn 10, 22-30; Lc 21, 8

[6] Jn 10, 16

[7] Se refiere a la pandemia coronavirus Covid 19 que ataca la Tierra desde el 2020

[8] I Pet. 4, 17