14 agosto 2021
VIGILIA DE LA FIESTA DE LA ASUNCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARIA
Mensaje de María Santísima
OS HE DICHO TODO
Os he dicho todo. Ahora no me queda más que aseguraros que estaré siempre con vosotros en todos los caminos que os conduzcan a Dios. Rogaré por vosotros y me ofreceré por vosotros en el altar del Cielo, en la liturgia perenne de la Iglesia de todo el Universo. Gracias por todos los pasos que habéis dado conmigo y por vuestra fidelidad a Dios y a mí. Soy vuestra Madre, Reina y Corredentora. Para vosotros que me amáis seré vuestra estrella polar: en el mar de la vida os indicaré siempre la ruta más segura hacia Jesús.[1]
“Queridísimos hijos:
Me dirijo a la humanidad y a los cristianos de la Tierra, especialmente a cuantos pertenecen a la “Iglesia de Jesucristo del Universo”.
Después del camino que he hecho con vosotros en estos años mi larga conversación con vosotros acaba acá. El Señor ha establecido que el tiempo de mi manifestación pública a la humanidad de la Tierra ha concluido. Me retiro a la dimensión que me es propia, en la Santísima Trinidad, ahí donde continuaré, de toda forma ayudándoos y acompañándoos.
Quien entre vosotros haya caminado en la fe en estos años no debe asombrarse ni asustarse porque toda decisión de Dios es siempre para el bien de sus hijos y encierra una sublime sabiduría, que bien conoce las necesidades de cada uno y de la humanidad entera. También Jesús debió dejar a sus apóstoles y discípulos para permitirles recibir al Espíritu Santo y crecer en la fe, para testimoniar su Evangelio como hombres maduros y responsables.[2] Lo mismo vale para vosotros: habléis crecido y el Señor espera de vosotros un testimonio a la altura de lo que habéis recibido.
Ahora el Espíritu Santo debe guiaros en la profundidad del camino y orientaros decididamente hacia mi Hijo. Debéis estar conscientes de que la VENIDA INTERMEDIA DE JESÚS a la Tierra es un evento extraordinario que marca un hito para todo el Universo. Marca el inicio de este TIEMPO MESIÁNICO que es un TIEMPO ESCATOLÓGICO[3] en el cual se deben cumplir todas promesas de Dios. Es un TIEMPO DE ESPERA de la manifestación gloriosa de Jesús al final de los tiempos: pero no una espera pasiva y resignada sino gloriosa y fecunda para todos aquellos que en estos años han comprendido y vivido la unión con Jesús
El Padre ha dejado la creación entera en las manos del Hijo para que actúe con la potencia del Espíritu Santo para llevar a su cumplimiento, en cada alma que lo acoge y en su pueblo, la obra de Redención.[4] Por esto es un TIEMPO DE CONVERSIÓN, el último concedido a la humanidad para acoger a Jesucristo como Señor y Salvador. No será un tiempo ilimitado; por eso nadie se ilusione con postergar al infinito la decisión de abandonar una vida corrupta y convertirse al verdadero Dios Trino y Uno
La venida intermedia de Jesús marca también el comienzo de la última fase del PLAN DE RECAPITULACIÓN EN JESUCRISTO DE LA CREACIÓN ENTERA, que os ha sido explicado ampliamente en estos años. Estáis en la fase final de este plan de trascendencia cósmica, que implicará todo y a todos, lo quieran o no. Ahora Jesús está aquí, vivo y presente, con todo su potencia, aun cuando vuestros ojos están imposibilitados de verlo a causa de la dureza de vuestro corazón. JESÚS está aquí y camina aún las calles del mundo en busca de cada oveja perdida que se deja conducir a la salvación. No lo dejéis solo, vosotros que creéis en El, sino acompañad su obra con la fe, la plegaria y el ofrecimiento de vuestra vida a Él, por medio de mi Corazón. Debéis tener fe en su presencia y en su obra en este tiempo. Solo esta fe os permitirá comprender lo que deba suceder.
Se os ha dicho y os repito ahora que los acontecimientos que os esperan serán grandiosos y tremendos, ricos en gracia para quien cree en el verdadero Dios pero espantosos para quien lo rechaza. No faltarán tampoco las pruebas para cuantos tienen fe, pero estos recibirán fuerza del Espíritu Santo para superar toda dificultad y sacarán provecho de cada prueba. Quien rechace la ayuda de Dios vivirá días muy difíciles. Y porque la mayor parte de esta humanidad no acoge al verdadero Dios la Tierra será envuelta en una espiral de miedo y los pueblos estarán angustiados por lo que sucederá, según la palabra de mi Hijo.[5]
A lo largo de los milenios los hombres de la Tierra han recibido de Dios todas las enseñanzas necesarias para vivir como hijos del único y verdadero Dios. El Evangelio y las Sagradas Escrituras, el Magisterio de la verdadera Iglesia fiel a mi Hijo, las profecías auténticas y la vida de los Santos os han indicado cómo comportaros según las leyes de Dios. Las revelaciones y las explicaciones que habéis recibido, a través de este sitio, de dos miembros vivos del Núcleo Central[6] han abierto delante de vuestros ojos una amplia visión del Universo y su destino. Tenéis todo lo que os hace falta en este tiempo, y mentiríais si decís lo contrario
Yo misma os he hablado en muchas ocasiones para indicaros el camino; os he transmitido todo lo que el Señor ha querido. He sido paciente y amorosa con vosotros, aún cuando no me habéis escuchado ni entendido, o cuando habéis manipulado mis palabras. Os he perdonado siempre.
Ahora será Jesús quien os hable, en los tiempos y en los modos que El decidirá, en el poder del Espíritu Santo. Abríos a Él para recibir lo que necesitáis. Permaneced fieles a Jesús y al Espíritu Santo para no romper el hilo que os une al Padre. No tendréis paz ni felicidad sin el amor del Padre que solo Jesús y el Espíritu Santo os pueden dar con plenitud.
A cuantos no creen en el verdadero Dios, rechazan su amor y son esclavos del pecado, les digo: rogaré por vosotros, para que el Señor os tenga misericordia y os conceda comprender la gravedad de vuestra condición. No es demasiado tarde para cambiar de vida, pero si no lo hacéis no podré ayudaros más. En fin: quien ha elegido libremente y conscientemente servir a Lucifer a cambio de los reinos de este mundo, deberá, inevitablemente enfrentarse con el poder del Señor Resucitado, y no será un paseo. Recordad bien las palabras de la Biblia: “Es terrible caer en las manos del Dios viviente.”[7]
Os he dicho todo. Ahora no me queda más que aseguraros que estaré siempre con vosotros en todos los caminos que os conduzcan a Dios. Rogaré por vosotros y me ofreceré por vosotros en el altar del Cielo, en la liturgia perenne de la Iglesia de todo el Universo. Gracias por todos los pasos que habéis dado conmigo y por vuestra fidelidad a Dios y a mí. Soy vuestra Madre, Reina y Corredentora. Para vosotros que me amáis seré vuestra estrella polar: en el mar de la vida os indicaré siempre la ruta más segura hacia Jesús.[8]
Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.“
[1] La estrella polar es una estrella siempre vivible a simple vista, cada día del año e indica el Norte. Fue el único punto de referencia, a lo largo de los siglos para los marineros, para individualizar el Norte y orientarse en la navegación nocturna.
[2] Jn 16,7
[3] Escatológico: se refiere a los destinos finales del hombre y del Universo.
[4] Jn 3, 35; Jn 5, 19-30
[5] Lc 21, 26
[6] Se refiere a Stefania Caterina y P. Tomislav Vlašić
[7] Hb 10,31
[8] La estrella polar es una estrella siempre vivible a simple vista, cada día del año e indica el Norte. Fue el único punto de referencia, a lo largo de los siglos para los marineros, para individualizar el Norte y orientarse en la navegación nocturna.