CONTEMPLAR   LA   VIDA   DEL  PADRE

Queridos hermanos y hermanas

Os presentamos el mensaje recibido de la Santísima Virgen María, en el día dedicado a Ella. La Madre ha hablado a los aquí presentes, pero sus palabras se refieren a todos los que siguen estos programas y desean pertenecer a la Iglesia de Jesucristo del Universo. .Más que nunca tenemos necesidad de su cercanía maternal en estos tiempos de confusión, de abandono, de miedo que aprisionan a nuestra humanidad. Os seguimos  con la plegaria y os acompañamos en el camino. Os bendecimos a todos vosotros y os auguramos todo bien en Dios.

                                                                                                          Stefania Caterina y Tomislav Vlasic

16 de julio de 2020. Bienaventurada Virgen del Monte Carmelo

Queridos  hijos:

Jesús ha venido a revelaros el rostro del Padre y ahora también vosotros debéis revelarlo.

Vuestra tarea es vivir unidos al Padre y revelar su rostro a la humanidad. No un rostro intimidante sino el rostro de un Padre amoroso del cual emana la luz que cura y sana a los pueblos.

Os ruego queridos hijos,  sobre todo a vosotros sacerdotes que hagáis resplandecer sobre vuestro rostro el rostro del Padre. Hoy os invito a ser  los verdaderos contemplativos de este tiempo.  Hoy me celebráis como la Virgen del Monte Carmelo, donde algunos santos hermitaños habían buscado profundamente la contemplación inspirándose en  todo lo que había sucedido en el Monte Carmelo; ahí  donde el profeta Elías había combatido toda herejía.(1). La verdadera contemplación, hijitos, es la contemplación  de la vida divina en vosotros, de lo que Dios está haciendo, día a día, en cada uno y en todo su pueblo. No es contemplación encerrarse en un lugar y permanecer en un vacío que  muchos llaman contemplación. No es esta la contemplación. Si no sabéis ver las huellas del paso de Dios en vuestras vidas no sois contemplativos. ¿Qué contempláis? No se contempla el vacío, se contempla la vida. Y si no sabéis contemplar la vida en vosotros mismos  y en  los demás no podéis ser un pueblo sacerdotal ni tampoco un sacerdote. El sacerdote es aquel que escruta la vida de Dios en el pueblo y la promueve. Por esto el sacerdote debe ser el verdadero contemplativo, que sabe reconocer la vida en sí mismo y en los demás, la ve brotar en la celebración de cada día y la hace fluir hacia el pueblo.

Os llamo a este servicio porque hoy es muy importante para el mundo comprender que existe el Padre. Veis cómo la humanidad de esta Tierra está perdida, arrojada de un poderoso a otro, esclavizada. Los demonios se enfurecen sobre este planeta y arrojados bajo sus garras. Es  tiempo de liberar todo el poder que Dios ha colocado en su  pueblo, en su Iglesia de todo el Universo.

El rostro del Padre debe disipar las tinieblas. La Luz de su Rostro debe rechazar la obscuridad que sale del rostro de Satanás. Estáis llamados a contemplar y a hacer vuestra la vida que Dios os da. En cualquier lugar donde estéis, haced resplandecer el rostro del Padre, contemplad también su vida en la creación que os ha sido confiada, porque también en ella debe resplandecer su rostro, que es el rostro de la vida, es la fuente de la vida. Si no lográis ver su rostro continuaréis viviendo en las tinieblas; y yo no quiero esto para ninguno de vosotros.

Estoy segura que junto a mí seréis los verdaderos contemplativos de este tiempo, que recogen y ofrecen a Dios las lágrimas, las plegarias, y los suspiros de muchos, también de aquellos que han buscado a Dios  a lo largo de la historia, pero que no han logrado lo que vosotros, hoy,  podéis cumplir. Aquellos que han llorado, como dice el Profeta, pero no han engendrado; han sufrido pero no han engendrado más que viento.(2) Vosotros no debéis parir viento sino  la vida, porque sois un pueblo fecundo,  porque el Señor os hizo tales. Hay tantos hombres y mujeres de buena voluntad que esperan ver el Rostro del Padre para despertarse a la vida.

Estoy con vosotros; os acompaño en vuestras casas y  en vuestra vida de cada día, y os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”

• Sobre el Monte Carmelo, “algunos eremitas cristiano habían vivido en el siglo XII. Sobre esta montaña de Galilea, la fe ardiente del Profeta Elías había proclamado frente a los profetas de cultos paganos que el Dios de Israel es el único Dios verdadero..( del misal cotidiano de la Asamblea,”EDB)
• Is 26, 17-19