13.10.2020
Mensaje de Dios Padre: VIVID EN LA VERDAD Y EN LA JUSTICIA
En el día de hoy dos jóvenes hermanas de la Fundación “Fortaleza de la Inmaculada” se consagraron al servicio de Dios en la “Iglesia de Jesucristo del Universo”- Durante la celebración Dios Padre nos ha dirigido su palabra.
“Queridos hijos: hoy es un día importante para vuestro pueblo porque dos jóvenes vidas se consagran al servicio de Dios y de la Iglesia de todo el Universo. Esto es también un gran regalo para la humanidad toda.
Cada uno de vosotros que se consagra es un regalo para la humanidad, una gota en el inmenso mar de la caridad de Dios sobre esta Tierra que se encuentra extremadamente necesitada. La humanidad está tan sedienta que necesita un océano para saciar su sed. Vosotros sois pequeñas gotas de este océano pero sois muy preciosas.
¿Qué quiere decir consagrarse a mí? Quiere decir vivir en la verdad. La verdad está presente solamente en mí, en mi Hijo y en el Espíritu Santo. Jesús vino a la Tierra para traeros la verdad. Se ha presentado como el único Camino, la Verdad y la Vida.[1] Por fuera de mi Hijo no existe ningún otro camino que conduzca a la humanidad a la salvación, ni otra verdad; tampoco otra vida. Por fuera de mí no hay vida, ni podréis encontrarla si no es en mí a través de mi Hijo en el Espíritu Santo.
Vuestra vida ofrecida a mí resulta un regalo enorme que transforma todo en vosotros y alrededor vuestro. Cuando una persona y un pueblo se consagran a mí, a través de mi Hijo en el Espíritu Santo, yo coloco en torno de cada uno y de todo el pueblo un escudo que los protege de los ataques del Mal. De esto proviene una vida siempre nueva que os protege y os alimenta. Así os transformáis en el reflejo de la presencia de Dios donquiera que vayáis y cualquier cosa que digáis. Mi Rostro brilla sobre vosotros y la gente conoce la verdad.
Hoy os pido que viváis en la verdad que mi Hijo os ha traído, que habéis escuchado y que vive en cada uno de vosotros. Que este pueblo no acepte nunca componendas con la verdad sino que camine libre sobre la senda maestra, sin volverse atrás ni detenerse a perder tiempo a lo largo del camino con quien no quiere participar en la vida de Dios. Tened vuestra mirada fija en la meta, así como lo habéis escuchado en la lectura.[2] El Espíritu Santo os hará comprender siempre más la vida de Jesús en vosotros. Así Jesús en la potencia del Espíritu Santo os conducirá a cada uno de vosotros y a todo este pueblo a mí y vosotros viviréis en la verdad.
Viviréis también en la justicia que proviene de la Fe. Esta es la verdadera justicia de la que el mundo está totalmente privado porque no vive en la verdad. Quien no vive en la verdad no puede vivir tampoco en la justicia.
La justicia debe triunfar sobre la Tierra pero no la justicia como venganza, como la entienden los hombres, sino la justicia que es amor, paz, bondad y que os hace vivir según mis leyes, que son leyes de rectitud, de bondad, y de ternura.[3]
Hijitos míos, os confío a vosotros y a cuantos están unidos a vosotros la gran tarea de caminar incesantemente hacia la verdad y la justicia. Entonces resplandecerá mi Iglesia sobre la Tierra como en el resto del Universo y será una Iglesia Santa, pura inmaculada como su Madre.
Os pido hijitos, que seáis personas auténticas y sinceras en la relación conmigo, con vosotros mismos y con los demás. Mirad las cosas como son en Dios y no os equivocaréis. Yo os acogeré y os ayudaré siempre, aun cuando os sintáis frágiles e incapaces, cuando notaréis todos vuestros límites. Y si camináis con fatiga os levantaré y os llevaré a la meta: os haré vivir según mis leyes y seréis el pueblo de Dios sobre esta Tierra.[4] (4)
Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
[1] Jn 14, 1-14
[2] Fil 3, 1-16
[3] Mt 5
[4] Ez 36, 24-32