Queridos lectores: estas palabras de Jesús, transmitidas por San Lucas y reportadas en el título, se refieren a la venida gloriosa de Jesús. Al mismo tiempo se refieren a cada momento de nuestra vida y de la historia de la humanidad, a las situaciones favorables o desfavorables. Dios se hace presente a quien lo busca. Podemos gozar de su presencia extraordinaria y manifestarla en estos tiempos.
La conciencia en la fe nos estimula a percibir su presencia y su acción en nosotros y en torno a nosotros. Quien ofreció su propia vida a Cristo a través de María Santísima está ya involucrado en el proceso de la nueva creación, puede notar en sí mismo una transformación que no se detiene y que nada puede detener. La fe viva lo lleva a una experiencia profundamente vivida que aumenta su certidumbre.
Os hemos comunicado que la acción trinitaria será activada en nosotros a través de los instrumentos extraordinarios y a través del Cuerpo Místico íntegro. En este año está prevista para nosotros una cercanía especial de los ángeles y de los santos. Entre las tantas experiencias vividas deseo comunicaros una en particular que puede ayudaros a participar mejor en esta obra del Señor.
El 25 de enero del 2013, fiesta de la conversión de San Pablo, el apóstol mismo se presentó en espíritu y nos habló. San Pablo subrayó en particular dos puntos fundamentales: la alegría y el ser concretos.
1- Se presentó lleno de alegría y alabando al Señor, porque había comenzado finalmente la evangelización del universo. Todos los apóstoles y los santos alaban al Señor por esta obra. En este año está potenciada la alabanza de los santos: ellos acompañan la acción de Dios con gran alabanza y gratitud. San Pablo quiso comunicarnos su alegría para que también nosotros estuviésemos involucrados.
2- En nuestro espíritu se suscitó inmediatamente una pregunta. “¿qué debemos hacer?” y “¿cómo debemos hacerlo?”. San Pablo nos dio una respuesta con creta: “Aceptad la voluntad de Dios permaneciendo donde El os ha colocado. En mi vida he rezado, predicado, trabajado; estuve prisionero, fui perseguido ,envenenado ,muerto. En todas estas situaciones he servido a Dios. Haced lo mismo también vosotros.”.
Podemos así resumir estos dos puntos para nuestro camino de transformación: en todas las situaciones estamos en condición de vivir como resucitados, de alabar a Dios y de manifestar la vida de Dios en nosotros.
¿Cómo podemos participar en la poderosa acción trinitaria? Jesús mismo nos lo ha explicado : “quien me ama verdaderamente conoce mis mandamientos y los practica.
Quien me ama será amado por mi Padre, Yo también lo amaré y me daré a conocer a él.”. ( Jn. 14, 21 ) Afirma más: “ El Padre os mandará en mi nombre un defensor: el Espíritu Santo. El os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que os he dicho”. (Jn .14, 25-26)
Entonces, Dios está presente en nosotros. Podemos recibir su vida y su accionar en la medida en que estamos abiertos a su presencia. La máxima atención que podemos tener en relación a Dios es esta: amarlo con todas las fuerzas, por encima de todo, así como Dios nos ama a cada uno de nosotros; al mismo tiempo testimoniar el amor de Dios a los demás, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Os indico algunos pasos concretos:
1- Decido dedicar un tiempo a Dios: me concentro en mi espíritu, en la profundidad de mi ser con la simple oración de mi corazón. Le entrego a Dios todo lo que me distrae y me turba: mis pecados, mis heridas, las provocaciones que me llegan desde el exterior. Me vacío de todo aquello que dentro de mí me impide percibir la presencia de Dios y sumergirme en su amor. Confío y entrego mi vida a Dios.
2-Me abandono a la acción de Dios y participo en ella. Dios me ha creado y redimido. Dios crea todo nuevo en mí y en el universo; es su obra. Digo alg unos versículos del salmo 139 : “ Señor, tu me penetras y me conoces. Sabes cuando me siento y cuando me levanto. De lejos disciernes mis pensamientos. Si ando y si descanso Tú lo percibes y todos mis caminos te son familiares.( 1 al 3)
Escudríñame oh Dios, y explora mi corazón, examíname y observa mi intimidad; y mira si ando por el falso camino y condúceme por la senda antigua” (23-24)
En cada palabra tuya revelada estás tú. Deseo que cada una de ellas me escudriñe y me conozca; que me envuelva en su significado profundo… Que no prevalezca mi iniciativa ni mi interpretación sino tu iniciativa trinitaria que lo crea todo de nuevo, que lo salva todo, lo santifica y lo lleva a la perfección.
3-Busco al Dios viviente, tal como El es. Si lo antepongo a todo, a mis necesidades, a la salud, a mi misma vida, recibo una nueva vida que desciende de Dios, que es íntegra, santa… ¡Recibo al Todo!
4-Abrazo interiormente el Espíritu de Dios que produce en mí sus frutos: amor, alegría, paz, comprensión, cordialidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí. ( Gal. 5, 22.23 ). Vibra en mí la vida de Dios.
Renovando mi encuentro con Dios, sumergiéndome en su amor, yo renazco, progreso, y soy una criatura nueva…
5-Decido vivir la vida de Dios y manifestar la realidad de Dios. Me sucede como a la naturaleza en la primavera; todo despunta, florece, crece; con su belleza y su perfume todo atrae en una espléndida comunión total…
6- De lo profundo de mi ser elevo mi canto a Dios. Nadie me enseñó esta alabanza. Es el mismo Dios quien la generó en mí y la eleva a sí mismo. La une en su espíritu a la de los demás en una liturgia celestial. Sé que este es mi destino, el de todos sus hijos en el universo nuevo. Todo esto abre mis horizontes y me une a una potencia cósmica que avanza y no se detiene más.
Dios se hace presente, verdaderamente, se deja contemplar; ¡es la certeza absoluta! El mismo me instruye por que me sumerge en su vida. En El puedo contemplar toda la realidad.
Si continúan encontrándose con Dios cada día, aprovechando cada momento para estar con El descubriréis maravillas en vuestra vida y la vida misma será el signo más grande que Dios os pueda dar. Experimentaréis cómo se curan las heridas, olvidaréis la amargura de las ofensas sufridas y el perdón brotará en vosotros como vida desbordante. Cada don de Dios se mostrará auténtico y maduro. En cada acción vuestra y en cada servicio se transparentará la vida de Dios. Este será el auténtico testimonio de la acción trinitaria en vosotros.
Vuestra vida será entonces un canto continuo a Dios que crecerá día a día, hasta que lleguéis a la creación nueva. Será el canto de todo el universo.
Os agradecemos por vuestro camino hacia Dios. Estamos siempre más unidos con todos los hijos de Dios y más potentes en su espíritu. Os abrazamos y bendecimos en el nombre de Dios Trinitario.
Tomislav Vlasic.