20 de abril de 2019- VIGILIA PASCUAL – MENSAJE DE JESUS
Muy queridos hijos:
Os bendigo con la potencia de mi resurrección, que no es una fábula para niños ni tampoco una bella imagen, sino una realidad incontrovertible que vibra en todo el universo. Con mi resurrección no solamente he realizado la obra de la redención sino que introducido en el vórtice trinitario la potencia que lo vuelve invencible. Mi resurrección es una victoria absoluta sobre la muerte que reina en el vórtice satánico. Nada puede la muerte sobre la potencia de mi resurrección.
Hijos, habéis llegado conmigo hasta este tiempo y habéis atravesado conmigo muchas pruebas. Ahora comienza el tiempo en el que debe manifestarse, a través de vosotros, la potencia de la resurrección. Ella se mostrará a través de mi pueblo, para que por medio suyo, todo lo que yo he cumplido continúe revelándose al mundo. Mi obra de redención no se ha agotado todavía sino que continúa y se prolonga hasta el fin de los siglos, a través de mi pueblo en todo el universo.
Espero de vosotros que toméis conciencia de esta potencia que opera en vosotros y a través de vosotros. Habéis participado en mi muerte y ahora debéis participar también en mi resurrección. Comenzáis a alcanzar la potencia del vórtice trinitario que es la potencia de mi resurrección. Ella os toca constantemente y toca toda la creación; a través de vosotros envuelve a las demás criaturas y a la Tierra entera. Esta es la verdadera evangelización de la Tierra, que no podéis cumplir si no es alcanzando esta potencia. Esto significa que debéis vaciaros completamente de vosotros mismos, de vuestras dudas y miedos, de las ideas y de los proyectos personales.
Yo quiero actuar a través de vosotros y lo haré. De vuestra parte despojaos completamente de vuestro egoísmo. Mientras continuéis girando entorno de vosotros mismos y de vuestros problemas, de vuestras crisis y miedos ¿cómo podré actuar yo? ¿cómo podré entrar en vuestro ser si ya está ocupado?
Hasta ahora no habéis conectado plenamente con la potencia de mi resurrección; y esto es porque no habéis entrado plenamente en comunión con mi Cuerpo Místico. Este actúa continuamente, y transfiere toda su potencia al vórtice trinitario. El vórtice trinitario no es una figura abstracta, alejada de vosotros; más allá de vosotros y más allá de la Tierra; al contrario: es una realidad que os circunda y que os abraza a cada momento. Si fuerais capaces de percibir esta potencia en vosotros y en torno vuestro, si os sumergierais en el vórtice trinitario para tocar su fuerza seríais salvos. Sanaríais de vuestras enfermedades y de vuestros miedos, y el pueblo todo crecerá.
Ahora espero esto de vosotros: que comencéis a tomar conciencia y a poner en movimiento la potencia que está en vosotros, tomando a manos llenas la fuerza del vórtice trinitario. Esto sólo podrá suceder mediante vuestra plena participación en mi muerte y resurrección y mediante el despojo de aquello que impide el flujo de la potencia del vórtice trinitario en vosotros.
Hijitos, la humanidad de la Tierra está atravesando una crisis gravísima, y está a un paso del abismo; y sin embargo no se da cuenta. Continúa bailando impertérrita sobre el filo del abismo y no ve que está por precipitarse. Pero yo no permitiré que mis hijos caigan y arrebataré cuantas más almas pueda al enemigo, pero tengo necesidad de vosotros. Tengo necesidad de que dondequiera vayáis me llevéis en vosotros; tengo necesidad de un pueblo fuerte que se mueva velozmente al paso de la gracia, que no esté pensando siempre en qué hacer para complacerme. Vosotros no debéis hacer otra cosa que dejarme entrar en vosotros. Esta es vuestra tarea. Cuando yo tomo el pleno poder en vosotros os envío como flechas a derrotar el mal, la muerte, la enfermedad y las tinieblas.
Veréis aumentar sobre la Tierra las guerras, las enfermedades y la violencia porque Satanás está furioso y enceguecido. No sabe qué hacer ni dónde ir. También él tiene un pueblo que dirigir pero no sabe cómo. Percibe la potencia del vórtice trinitario y del pueblo de Dios pero no sabe de dónde le vendrá el golpe, ni cómo seguir adelante. Vosotros sin embargo lo sabéis y sabréis siempre más.
La Tierra tiene necesidad de mensajeros de paz, de amor, de fuerza y de resurrección. Yo deseo enviaros para que me llevéis vivo y operante en medio del pueblo desesperado, de las ovejas sin pastor. El bien y el mal deben ser consumados hasta el fin. Todo debe venir a la luz, traído a la plenitud y mostrarse en todas sus fuerzas. La luz y las tinieblas, la muerte y la vida se enfrentarán en un grandioso duelo. Por eso, hijos míos, posicionaos bien.
Hoy os pido un último y gran esfuerzo para liberaros definitivamente de todo lo que todavía os oprime. Cada uno de vosotros sabe qué cosas debe sacar de en medio; pero no os preocupéis que yo haré esto en vosotros si me dejáis actuar. No sois vosotros los que debáis derrotar el mal dentro y alrededor vuestro. Seré yo el que lo haré; pero vosotros deberéis dejar todo en mis manos, de otra forma no os podré utilizar. Por eso hijitos, empeñaos en entregaros a mí, para que yo pueda entregarme a vosotros. Así veréis milagros en vuestras vidas y curaréis las llagas de esta humanidad.
Estoy cerca de vosotros. Como siempre os confío a mi Madre y san José que os ayudarán y os protegerán, Seréis ayudados también por los instrumentos extraordinarios y por todo el Cuerpo Místico. Sentiréis en vosotros y alrededor de vosotros la potencia del vórtice trinitario. No tengáis miedo y seguid adelante. Haced la parte que os corresponde con humildad pero con decisión.
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.”